El ascenso y el declive de Albert Rivera

  • Albert Rivera se convirtió en presidente de Ciudadanos por sorteo

  • El mejor resultado lo obtuvo en las elecciones del pasado 28 de abril

El resultado obtenido por Ciudadanos en las elecciones del 10-N ha provocado la dimisión de Albert Rivera, que ha admitido su responsabilidad en haber perdido más de dos millones y medio de votos, lo que se ha traducido en 47 escaños menos. Así lo ha anunciado esta mañana tras la Ejecutiva del partido naranja, añadiendo además que renuncia a su escaño como diputado y que deja la política tras los “malos resultados sin paliativos y sin excusas de Ciudadanos”.

Poco o nada queda ya de aquel Albert Rivera que accedía a la Presidencia de Ciudadanos el 9 de julio de 2006 por sorteo, al ser elegido por orden alfabético. El partido se creaba como un movimiento de reacción al nacionalismo catalán, en la plataforma “Ciudadanos de Catalunya", impulsada por intelectuales catalanes. Ciudadanos concurrió por primera vez en las elecciones autonómicas catalanas en 2006, cuando obtuvo 90.000 votos y 3 diputados. Hacía historia siendo el primer partido surgido de una plataforma civil que conseguía representación política. Tampoco se olvida la propaganda utilizada: Rivera saltaba a la política desnudo, para demostrar que “solo le importaban las personas”. Además, el recién surgido Ciudadanos consiguió en pocos meses que más de 500 personas se afiliaran a la agrupación de Madrid, en un partido que solo tenía representación en Cataluña.

El mejor momento lo tuvo el pasado 28-A, cuando consiguió 57 escaños

Se mantuvo con los mismos escaños en las elecciones de 2010 en Cataluña, y empezó a crecer en 2012, cuando obtuvo seis escaños más. En 2015 conseguía 25 diputados en el parlamento catalán y en 2017 se hacían con 37 sillones. Algo más tardó en despegar en la política nacional, aunque en las elecciones del 20 de diciembre de 2015 se presentó a sus primeras generales consiguiendo 40 escaños. Un año después, en la primera repetición de los comicios, bajó a 32 diputados, pero fue una pieza clave en la investidura de Mariano Rajoy.

Pero sin duda, el mejor momento del partido naranja fueron sus terceras elecciones generales, el pasado 28 de abril, cuando consiguió 57 escaños. El partido liderado por Rivera no consiguió adelantar al Partido Popular, pero le faltó poco más de 200.000 votos. Albert celebraba su triunfo pero se empeñaba en no pactar con Pedro Sánchez. Su tensión con Sánchez comenzaba con la moción de censura a Rajoy, cuando intentó forzar unos comicios que daban a Rivera como ganador, pero no lo consiguió. Puso un cordón sanitario a los socialistas, mientras pactaba con el Partido Popular con el apoyo de VOX en lugares como Madrid o Andalucía.

Rivera llegó a consolidar trece años después el proyecto de centro liberal hasta convertirlo en un partido bisagra, clave para la formación del Ejecutivo. Ahora, tras el batacazo histórico, la formación naranja queda relegada a sexta fuerza parlamentaria, con solo diez escaños, por detrás de Vox, Unidas Podemos y Esquerra Republicana. Perdiendo casi tres millones de votos, solo ha conseguido representación en Madrid, donde pasa de ocho a tres diputados; Cataluña, donde mantiene dos escaños por Barcelona; Andalucía, con tres representantes en Sevilla, Málaga y Cádiz; y la Comunidad Valenciana, donde obtiene dos diputados. Arrasado por Voz en todos los feudos, solo ha resistido en el cinturón de Barcelona.

Ahora, el ya ex líder de Ciudadanos, volverá a su anterior vida laboral antes de aparecer en política. Rivera estudió derecho y tiene un máster y un doctorado. Entre los años 2002 y 2006 trabajó como asesor jurídico en un conocido banco.