Un hombre de Málaga ha tenido que esperar 38 años para que su padre lo reconociera. No ha sido el amor paterno, sino la ley, la que ha obligado a un exmilitar y empresario malagueño a reconocer al hijo que tuvo fuera de su matrimonio por los años 80. Ahora, quizá pueda accedera una parte de una herencia cifrada en unos 15 millones de euros de su padre, que la ha donado a los otros hijos para evitar las consecuencias de esta sentencia.
El exmilitar de 92 años tendrá que compartir su fortuna su hijo, al que se negó a reconocer hasta ahora, pero que tuvo con una mujer 30 años más joven que él cuando estuvo destinado a la provincia de Sevilla por los 80, según la sentencia y ha explicado a EFE el abogado del demandante, Fernando Osuna.
El militar, que generó un importante patrimonio con la compraventa de inmuebles mantuvo una relación, estando casado, con una mujer, que se quedó embarazada, un asunto del que su hijo siempre estuvo informado, hasta que presentó una demanda judicial en la que una prueba de paternidad arrojó un resultado del 99 % de coincidencia.
El hijo, ahora reconocido, ha reclamado durante el juicio, su derecho a recibir un porcentaje de la herencia que haría que recibiese en torno a 1,2 millones de euros, aunque su abogado asegura que el ahora condenado llevó a cabo negocios jurídicos "en fraude de ley” en los que se desprendió prácticamente de todo su patrimonio tanto personal como empresarial, para “perjudicar o frustrar las expectativas hereditarias de su hijo no reconocido, habiendo intervenido en dichos negocios tanto la esposa del mismo, como sus hijos”.
Unos actos que se produjeron tras conocer la intención de su hijo biológico de presentar una demanda en reclamación de su verdadera filiación, tras una entrevista mantenida con sus hermanos de sangre. El empresario, además, realizó donaciones a sus hijos matrimoniales con valores muy altos, con lo que su hijo ya legítimo solicita en la demanda que se reintegren los bienes al patrimonio del padre para así poder recibir su parte de la herencia cuando fallezca el progenitor, “pues de lo contrario se quedaría sin heredar, dado que ya en vida el inmenso patrimonio lo tienen los hermanos adinerados”.
Ha recordado el abogado que los hijos, sin distinción entre matrimoniales o no, tienen derecho a la tercera parte del patrimonio del padre, en lo que se llama “la legítima”, de modo que son “herederos forzosos”.