Sánchez conoce Cuba de cerca, pero sin contacto con los disidentes

Algo pasa en La Habana Vieja, tras el gentío y las fuertes medidas de seguridad están los presidentes Sánchez y Díaz Canel, paseando por la zona colonial junto a sus esposas. El calor aprieta, que se lo digan al presidente español y al cubano. Chaquetas fuera y el paseo continús saludando a locales, turistas y estudiantes. Ha sido la parte más turística de un viaje con dos patas. La primera la económica: España quiere ser un socio prioritario en el desarrollo cubano y quiere poner solución a los problemas de las empresas españolas en la isla. Importante también para el Gobierno mejorar las relaciones diplomáticas entre ambos países. Todo en una visita muy medida, muy preparada que ha contado con una crítica principal, los inexistentes contactos de Sánchez con la disidencia cubana.