Rubalcaba antes de salir al escenario

Sonia Sánchez 16/11/2011 15:19

En la puerta de la diminuta sala, un sencillo folio pegado decía "sala VIP". Pero al asomarnos no vimos ningún lujo. Una habitación cuadrada con una nevera, unas cuantas sillas y mucha gente. Felipe González esperaba allí, inquieto porque el mitin comenzase cuanto antes porque no quería perder su AVE de regreso. Rubalcaba se mostraba tranquilo y dispuesto a hablar para nuestra cámara.

Veíamos al candidato socialista sacar de su bolsillo tres folios que él mismo se había escrito en el tren en el que se desplazó a Zaragoza. Hojas que colocará sobre el atril pero que luego leerá porque el cuerpo de letra es muy pequeño. Rubalcaba nos contó algunas anécdotas de sus mítines. Como que cada día se enfrenta a interrupciones que le hacen perder el hilo. Luego, mucho más serio, nos confesaba que esta campaña está especialmente cargada de sentimientos. La crisis asfixia a muchos militantes del PSOE y algunos acuden a sus actos a pedirle que haga algo por ayudarles. "Eso pesa", nos decía.

Rubalcaba intenta evitar el enorme peso de las encuestas, mirarlas lo menos posible y leer poco también lo que los medios dicen de él durante la campaña: "de mí dicen unas barbaridades, que si las leyera todos los días no me levantaría de la cama". Y huye como de la peste de las preguntas sobre qué hará después del 20N.

Algunas de estas cosas y otras más están en el vídeo que he preparado junto a mis dos compañeros de fatigas en esta campaña: Carmen de las Muelas y Pedro Galindo. Si ellos, todo mi trabajo y también mi supervivivencia serían imposibles.