La familia de la infanta Cristina tendrá que separarse a finales de agosto, cuando ella y sus cuatro hijos se trasladen a vivir a Ginebra. Los pequeños ya han sido matriculados en un colegio donde comenzaran las clases en septiembre.
Por su parte, Urdangarín tendrá que quedarse en Barcelona preparando con su abogado su defensa en el caso Nóos.
El duque de Palma viajará ocasionalmente a Ginebra, pero seguirá viviendo en Barcelona para seguir de cerca el proceso judicial en el que está imputado.
Este será el tercer cambio de residencia de la familia de la infanta desde 2009, cuando se trasladaron a vivir a Washington. En 2012, cuando el caso Nóos vio la luz, regresaron a Barcelona.
Este traslado se produce meses después de que se frustrara la posibilidad de Urdangarín de trabajar en Catar junto a Valero Rivera organizando los Mundiales de Balonmano.