Raquel Noya 05 MAY 2025 - 10:00h.

Da igual el lugar del que procedas: a tu abuela siempre le parece que estás muy delgado o delgada y se empeña en servirte más comida; y cuando hablamos de más comida nos referimos a raciones que a tres personas les costaría terminar y que deberías comer sin rechistar para no decepcionarla. La escena es tan común que ha dado lugar a cientos de memes, e incluso ha llamado la atención de investigadores de diferentes países, que se preguntan si hay algún tipo de explicación psicológica tras este comportamiento generalizado. Y la respuesta, al parecer, es que “sí”. Según un reciente estudio publicado en Springer Nature, hay razones científicas que van más allá del amor de abuela o del hecho de haber padecido épocas de escasez, y que explican esta manera de actuar de raíces ancestrales.

La investigación, que ha sido incluida en el repositorio médico de Estados Unidos PubMed, examina la influencia de los abuelos y abuelas en la salud alimentaria infantil, y según las conclusiones a las que han llegado los autores, los mayores de la familia perciben la alimentación como “una herramienta prioritaria para expresar el afecto”, una manera de “contrarrestar las estrictas normas de los padres” y un modo de “mantener vivas las tradiciones familiares”.

Liberan endorfinas y dopamina

El comportamiento de las abuelas, en particular, ha sido estudiado por dos investigadores de la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Melbourne, Australia, quienes han detectado que ellas perciben la alimentación como una de las formas en las que aún son capaces de ejercer el cuidado de los más pequeños y fortalecer los lazos familiares, pero sobre todo, porque llenando el plato de comida hasta los topes o haciendo las recetas favoritas de sus nietos, experimentan un alto grado de satisfacción debido a la liberación de endorfinas y dopamina.

Esta tendencia de las abuelas a ofrecer comida en exceso también tiene raíces culturales e incluso evolutivas, según otro estudio publicado por la Society for Nutrition Education and Behavior, que concluye que en casi todas las culturas (debido a su papel de transmisión de conocimientos socialmente admitido) usan las prácticas alimentarias para dotar a las nuevas generaciones de un futuro próspero.

La “hipótesis de la abuela”

Este comportamiento estaría relacionado, según los investigadores, con la llamada “hipótesis de la abuela”, que sugiere que, en relación con la teoría evolutiva, la humana es una de las pocas especies en que las hembras pierden por completo la capacidad reproductiva a partir de la mediana edad a riesgo de perjudicar la perpetuación de la especie por reducir el número de individuos, para, sin embargo, facilitar la supervivencia del grupo. El motivo de esta aparente contradicción es que las hembras más jóvenes se centran en asegurar la perpetuación de la especie a través de la reproducción, mientras las mayores se dedican al cuidado y protección de las crías y de la transmisión de conocimientos relevantes para el bien de su grupo, entre ellos los platos tradicionales con buena carga de nutrientes. 

Puede alterar los estándares saludables de nutrición de los menores

Riesgos para la salud y conflictos

Los estudios reflejan que la práctica de ‘embuchar’ a los familiares (y en especial a sus nietos), aunque bien intencionada, puede tener implicaciones negativas en la salud de los más pequeños, que van más allá de un empacho momentáneo o de ganar algún kilo de más, ya que “puede alterar los estándares saludables de nutrición de los menores”.

Además, al extender el estudio a las reacciones de los progenitores, encontraron que esta costumbre deriva en “un alto porcentaje de conflictos familiares”, ya que los padres percibieron los comportamientos indulgentes de los abuelos como “un obstáculo” para la crianza saludable de sus hijos.