¿Qué le pasa a tu cerebro cuando te jubilas?

¿Qué le pasa a tu cerebro cuando te jubilas?
La jubilación es una etapa crucial que no todo el mundo afronta de la misma forma. getty images
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La jubilación es un momento importante en la vida de cualquier persona. El momento de dejar atrás una rutina prácticamente invariable supone un cambio demasiado abrupto que no todo el mundo vive de la misma forma. Dependiendo de múltiples factores -emocionales, sociales, económicos-, unas personas afrontan esta etapa como una oportunidad para el descanso y la exploración de nuevos intereses y otras, por el contrario, se sienten perdidas emocionalmente.

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La pérdida del sentido de propósito asociado al trabajo está relacionada con cambios en la salud del cerebro, según han concluido varias investigaciones, como un riesgo mayor de desarrollar deterioro cognitivo, que hace que las personas tengan alteraciones en la memoria, el pensamiento, la toma de decisiones y el juicio.

Una investigación publicada en 'Journal of Healths Economics' en 2017 que analizó a más de 8.000 jubilados en Europa descubrió que la memoria verbal, que es la capacidad de aprender y recordar palabras después de cierto tiempo, podría deteriorarse de manera más acelerada después de la jubilación que en el período en que los individuos trabajaban.

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Otro estudio realizado en Inglaterra también incidía en que el declive en la memoria es un 38% más rápido a partir de la jubilación en comparación con la etapa laboral. Sin embargo, otros campos cognitivos como el razonamiento abstracto, la fluidez verbal fonémica y la fluidez verbal semántica no presentaban cambios.

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Impacto en el plano emocional

El deterioro cognitivo no es el único efecto negativo que puede tener la jubilación. La pérdida de la estructura fija que proporciona una rutina laboral puede tener también un impacto en el plano emocional. Además, al desaparecer el contacto diario con los compañeros de trabajo, si no hay una red social sólida fuera del mismo, puede sobrevenir el aislamiento.

Una investigación dirigida por la doctora Antonia Díaz-Valdés, del Centro de Sociedad y Salud de la Universidad Mayor, y la doctora Christina Sellers, profesora de la Universidad Simmons, analizó los datos de 27.000 estadounidenses mayores de 50 años a lo largo de 14 años con el propósito de explorar la relación entre jubilación y depresión.

Sus conclusiones, publicadas a principios de este año en Aging and Mental Health, evidenciaron que las personas jubiladas presentan un riesgo más alto de desarrollar depresión que las que siguen en el mundo laboral. Las personas suelen basar su identidad "en función a los roles que desempeñan", según Díaz-Valdés. Entonces, cuando pierden un rol que dura tanto tiempo y deja tanto impacto en la vida, "necesariamente conlleva un proceso de adaptación que, en muchos casos, genera estrés”.

Una oportunidad para el crecimiento

En cualquier caso, no se debe olvidar que la jubilación es una instancia necesaria para que las personas descansen y disfruten después de años de trabajo duro. Quienes ven el fin de la actividad laboral como una etapa cumplida pueden dedicarse a ser quienes quieren ser sin presiones y sin horarios fijos que cumplir obligatoriamente.

Un estudio de la Universidad Francisco de Vitoria y el Instituto de Salud Carlos III reveló que la jubilación reduce en un 27% los síntomas depresivos. Además, se observó un aumento del 28% en la práctica de ejercicio físico regular y mejoras en la dieta.

Otra investigación realizada en Suecia monitorizó a más de 5.900 personas de entre 60 y 66 años y encontró que quienes se jubilaron mostraron mejoras significativas en su salud psicológica y menos niveles de estrés en comparación con quienes seguían trabajando.

Al disponer de más tiempo libre, muchas personas se enfocan en cuidarse más y fortalecer amistades. Se involucran en actividades sociales, aprovechan para viajar, dedican más tiempo a los nietos y, en general, se sienten más conectados que nunca. La jubilación es también el momento ideal para realizar aquellas actividades que quizás no se pudieron hacer antes por falta de tiempo, como aprender idiomas, acudir a clases de baile, cocina o jardinería, escribir, o incluso estudiar.

Lo importante es comprender que la jubilación supone un cambio y, como todos los cambios, conlleva un periodo de adaptación que puede durar más o menos tiempo en función de las circunstancias de cada uno. Por eso es importante planificar con antelación e incorporar nuevas rutinas que sean mental y físicamente atractivas desde un par de años antes de dejar de trabajar.