Salir de la monogamia a los 50: “Mi pareja me ha pedido abrir nuestra relación y no estoy segura”

Salir de la monogamia a los 50
Fotograma de 'Si de verdad quieres..."Filmaffinity
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Existen muchos motivos por los que abandonar la idea de relación monógama y optar por abrir la pareja, como vivir algo diferente o intentar salvar lo que no va del todo bien. Los profesionales consultados destacan que hay que hablarlo entre las dos partes y descubrir si verdaderamente se está preparado para dar el paso y abordar los posibles miedos y dudas.

Wyylde, la red social para explorar la sexualidad sin complejos, lanza el primer contrato privado para parejas que quieren abrir su relación, con 6 puntos a tener en cuenta: el objeto, la duración del contrato, las obligaciones de las partes (límites, de qué modo llevarán a cabo el sexo, qué se prohíbe...), la comunicación, la gestión del tiempo y cuidados y, por último, la extinción y resolución, sumando las firmas de los dos miembros de la pareja.

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¿Podremos soportarlo?

Las relaciones, las personas, los pensamientos..., todo cambia o evoluciona, aunque cada uno a su ritmo y en ocasiones, es necesario conversar para llegar a acuerdos, sobre todo, en lo que tiene que ver con lo sexual y lo afectivo. En una etapa así se encuentran Judit y Maica, de 48 y 51 años.

Han empezado como pareja monógama hace unos años y unos meses atrás, Maica habló con Judit para abrir la relación porque ella ya lo ha hecho previamente con otras parejas y considera que puede ser beneficioso para las dos. Según explica sentía la necesidad de cambiar en su etapa romántica y erótica y no ocultar ni reprender ciertos deseos o ilusiones sexuales por parte de las dos.

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“Hablamos abiertamente de nuestras fantasías sexuales, de quién nos atrae, a quién nos gustaría conocer más..., y creo que estaría bien materializarlo. Mi pareja me dice que no está segura y seguimos hablándolo”, afirma Maica.

Judit ya sabe que ella lo ha hecho otras veces y es un tema que han tocado desde que empezaron su relación. “Soy consciente que a ella le cuesta todo esto mucho más y su familia, que es muy tradicional, no la apoya en nuestra relación lésbica. Todo lo que suponga hacer algo que les pueda incomodar, sé que le hace pensárselo mucho más”, dice Maica.

Piensa que están en un momento fuerte en su relación para probarlo. “Creo que por sí misma Judit lo haría, pero está sopesando todo. Yo sí tengo apoyo familiar en lo que hago y no me siento condicionada. Lo más importante es que confiamos la una en la otra, en cuanto al entorno, al final, cada uno está su casa”, destaca.

Lo primero es estar bien juntos

Cuando estás mal en tu relación de pareja, plantearte una relación abierta según Raquel Andrés Jiménez, psicóloga sanitaria en Clínica Kenfos, no es la mejor solución. “Si estás mal en tu relación esto ya implica que hay problemas que solventar, por lo que, si pensamos en abrir la relación como solución al problema, esto quizás añada otra dificultad más porque las que hay de inicio no están resueltas todavía”, expresa.

Para ella, primero hay que resolver los problemas, sin parches, y luego, valorar lo otro. “Puede ser beneficioso para ambos en el caso de que esto se plantee como algo que enriquezca la relación estando los dos de acuerdo (teniendo claros los motivos y cómo se procederá) no como una solución inmediata a problemas más profundos o que llevan bastante tiempo arrastrándose”, confirma la experta.

Andrés refiere que el acompañamiento terapéutico desde el inicio puede resultar favorable por varios puntos. “Cuando uno plantea esta posibilidad pueden aparecer temores o cierto recelo por parte del otro y es sano hablarlo en profundidad y con consciencia. Con el acompañamiento terapéutico se consigue implementar esta opción de manera exitosa resolviendo muchas dudas, valorando pros y contras, desmontando prejuicios y estableciendo una base sana y sólida en la relación”, sostiene.

Hablar con tranquilidad y trasparencia

Para pensar en abrir una relación de pareja, Óscar Ruiz, psicólogo, sexólogo y terapeuta de parejas, indica que las razones pueden ser varias y “no implican que la relación esté en crisis o pasando por problemas”. El experto apunta:

  • Deseo de explorar sexual o emocionalmente: Tras un tiempo juntos, uno o ambos miembros pueden sentir curiosidad o interés en nuevas experiencias sexuales.
  • Fortalecimiento del vínculo principal: Para algunas parejas, la apertura ha sido una forma de crecer en confianza, honestidad y redefinir la intimidad de una forma más auténtica.
  • Evitar infidelidades o secretos: En lugar de mantener deseos ocultos o llevar una doble vida, se opta por un marco más transparente.

El psicólogo subraya que el tema en debe abordarse con cuidado en la pareja y ofrece algunas sugerencias terapéuticas, como:

  • Elegir un momento adecuado: No en medio de una discusión o en un momento de crisis. La conversación requiere calma y disposición emocional.
  • Hablar desde la vulnerabilidad: En lugar de imponer o sugerir que algo está mal en la relación, es mejor hablar desde los sentimientos personales: “Llevo tiempo pensando en…”, “siento curiosidad por...” etc.
  • Usar un lenguaje no amenazante: Hablar de exploración conjunta, de conversaciones abiertas, más que de decisiones definitivas. Asimismo, evitar expresiones que suenen a ultimátum.
  • Estar dispuesto a escuchar: Se trata de abrir un espacio real de diálogo: ¿Qué siente la otra persona?, ¿qué temores tiene?
  • Ir paso a paso: En muchos casos, no se trata de abrir la relación de inmediato, sino de explorar los límites, los valores y las emociones que genera en ambos.

Si una de las partes no está convencida de hacerlo o no se siente cómoda, Ruiz, determina que lo más acertado es expresarlo con claridad y sin culpa. Algunas ideas para hacerlo son las siguientes:

  • Expresar límites personales con firmeza y respeto: Por ejemplo: “Sé que es algo que estás considerando, y aunque lo respeto, no me siento preparado/a para vivirlo”.
  • Hablar de los temores y necesidades: A veces no se trata de estar en contra, sino de miedo a perder a la otra persona, a no ser suficiente, o a que la relación cambie demasiado.
  • Evitar juzgar o ridiculizar el deseo del otro: Eso fortalece el diálogo.
  • Proponer alternativas: Si la necesidad detrás de la apertura es más afectiva o sexual, tal vez hay maneras dentro de la relación monógama de abordar eso: terapia sexual, espacios de novedad o reencuentro emocional.
  • Abrirse a la negociación (si hay margen): Puede haber términos intermedios (como tener solo fantasías compartidas, juegos eróticos sin terceros, etc.) si ambas personas lo desean.

Lo más importante para el sexólogo es el respeto y que nadie se sienta forzado a acatar aquello que no quiere ni anulado por desear algo que no es compartido.