Cómo reconstruir la autoestima tras una relación tóxica y afrontar una nueva a los 50 años

La psicóloga Lara Ferreiro ofrece las claves para rehacerse después de haber vivido mucho tiempo en una dinámica dañina
Señales más allá de las obvias de que estás en una relación tóxica: "Tus decisiones empiezan a estar condicionadas"
Una relación tóxica entre dos personas es aquella que se vuelve enfermiza y no funciona de una forma sana. El problema es que cuando se normalizan ciertas dinámicas dañinas no es fácil darse cuenta de qué está pasando realmente. Lo peor es que esto tiene consecuencias emocionales, psicológicas y sociales en quien la padece. Cuando se vive algo así durante años cuesta mucho volver a querer y dejar que te quieran. La situación es más peliaguda a partir de los 50 años, cuando "muchas mujeres creen que ya no toca reconstruirse, que es demasiado tarde para ellas o ya se han acostumbrado a esa carencia emocional", nos explica la psicóloga Lara Ferreiro, autora del libro ‘¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta’ (Grijalbo).

Vivir una relación tóxica afecta a la autoestima, genera problemas de confianza, puede conducir al aislamiento social y crear dificultades a la hora de cultivar relaciones nuevas. Sin embargo, es posible reconstruirse y salir adelante. La experta nos ofrece algunas claves para conseguirlo.
Redescubrirte como mujer, no como pareja
Quien pasa años, o décadas, inmersa en una relación tóxica suele acostumbrarse a definirse en función de esa relación. Gustos, decisiones, prioridades y hasta los silencios están condicionados por la otra persona. "Por eso, cuando se rompe ese vínculo, el primer paso no es buscar a alguien nuevo, sino reencontrarte contigo", subraya la psicóloga.
Es un momento ideal para hacerse preguntas como "¿Qué cosas me hacían feliz antes de esta relación?", "Qué aspectos de mí he dejado de lado por miedo, comodidad o por no disgustarle?" o "¿Cómo sería una versión mía en la que nadie tuviera poder sobre mi bienestar salvo yo?". Redescubrirse a una misma es el primer paso para reconstruir la autoestima, para recuperar el control sobre la propia vida. "Desde apuntarte a clases de algo que te guste, viajar sola, retomar amistades o incluso atreverte con cosas que antes evitabas por miedo a que te juzgasen. Es el momento de vivir por y para ti, no para complacer a nadie", aconseja Ferreiro.
Hay que destacar que a partir de los 50 muchas mujeres experimentan lo que se denomina 'Segunda Revolución Sexual Femenina'. "Muchas ya se ven con sus hijos mayores, con la vida monótona, y se dan cuenta de que hasta ese momento habían vivido según las expectativas que la sociedad les había impuesto, y no con lo que ellas realmente deseaban", argumenta la experta. Algunas, incluso, se dan cuenta de que nunca han disfrutado del sexo. Según datos de la app de citas Ashley Madison, el 60% de las mujeres casadas fingen el orgasmo con su marido. "Por eso, llega un momento en sus vidas en el que muchas deciden buscar a un amante con el que reivindicar sus orgasmos", añade.
Reprogramar el diálogo interno tóxico que dejó esa relación
Una de las peores secuelas que deja una relación tóxica es el diálogo interno al que se somete quien la padece, con frases que se cuelan en el relato personal como "No vales lo suficiente", "Nadie te va a querer como yo" o "Estás mejor conmigo que sola". Para recuperar la autoestima es absolutamente necesario reeducar ese diálogo.
"Cada vez que aparezca un pensamiento autodestructivo o limitante, cámbialo de forma consciente por otro más realista, amable y respetuoso contigo. Y no, no hace falta que sea un discurso motivacional vacío, basta con afirmaciones honestas como 'Soy una mujer que ha superado mucho y sigue aquí', 'Merezco relaciones en las que no tenga que dudar de mi valor' o 'A los 50 no estoy acabada, estoy en plenitud", receta Ferreiro. Este ejercicio ayuda a reconstruir la seguridad interna y recuperar poder personal.
Construir una red emocional sana
Aunque podamos llegar a creer que no nos hace falta nada ni nadie, la autoestima no se recupera en soledad absoluta. Es necesario nutrirse de vínculos saludables que nos recuerden nuestro valor si toxicidad de por medio. La psicóloga considera fundamental "recuperar antiguos lazos que quizá se enfriaron durante la relación tóxica, abrirte a nuevas amistades y rodearte de personas que te respeten, te escuchen y te valoren sin condiciones".
La idea es que cuando aparezca alguien nuevo en nuestra vida, sea desde la plenitud, no desde el miedo a la soledad. "A los 50 años ya no se está para mendigar atención ni para intentar arreglar a nadie. Las nuevas relaciones deben aportarte serenidad, complicidad y alegría, no ansiedad ni dudas constantes. Si te da más nerviosismo que paz, no es", reflexiona la especialista.
Se trata de aprender a vincularse desde la calma, no desde la necesidad, y eso implica no precipitarse, no proyectar carencias pasadas sobre personas nuevas y recordar que el bienestar personal está más allá y no depende de quien se quede o se vaya. "Recuperar la autoestima tras una relación tóxica, y más a partir de los 50, no solo es posible, sino que es una oportunidad única para tomar las riendas de tu vida desde una madurez emocional que antes quizá no tenías. Las cicatrices no desaparecen, pero dejan de doler cuando sabes quién eres, cuánto vales y qué ya no estás dispuesta a tolerar", concluye la experta.