¿Es normal que te duela todo al despertarte o debes ir al médico?
El fisioterapeuta Toni Pérez ofrece a Uppers las claves para saber cuándo esas molestias no son achaques de la edad y deberíamos consultarlo
Extra: Para dolor, ¿viene mejor el movimiento o el reposo?
A partir de los 50 es fácil echarle la culpa de todo al paso del tiempo: que si el hombro duele porque “ya no tenemos 20”, que si la rodilla cruje “por los años”, o que si la espalda molesta porque “es normal a esta edad”. Pero… ¿y si no fuera tan normal? No todos los dolores se deben a los achaques típicos de la edad por más que nos empeñemos. A veces, detrás de esas molestias que arrastramos día tras día, puede haber una lesión que necesita atención. ç
Así que si te duele algo desde hace semanas y lo estás dejando pasar “porque ya toca”, este texto es para ti. Hemos consultado al fisioterapeuta Toni Pérez, más conocido en redes como @fisioteduca, sobre cómo diferenciar una molestia normal por envejecimiento de una lesión que necesita atención y nos ha dado una clave para diferenciarlo y darle o no la prioridad que merece para ir al médico.
A los 50, el cuerpo pide “mimo”
Por su experiencia tratando todo tipo de lesiones, el experto corrobora que cuando pasamos de los 50 nuestro cuerpo empieza a cambiar. “No significa que ‘nos hagamos viejos’”, explica, “significa que entramos en una etapa donde los tejidos han acumulado kilómetros y batallas, igual que un coche clásico. Por eso, lo que antes no dolía, ahora empieza a pedir un poquito de mimo”. A esta edad, las consultas más frecuentes tienen que ver con los procesos degenerativos de nuestro aparato locomotor, como la artrosis de rodilla (una de las “visitas estrella” al médico), el desgaste de los discos intervertebrales o las tendinitis (especialmente de talón y hombro).
Pero tener algunos achaques no significa que estemos ‘rotos’ ni condenados a vivir con molestias para siempre. Al contrario. Pérez cita al médico Sir William Osler para concisar por qué ciertos dolores se asocian (con razón) a la edad: “El viejo no es viejo por el número de años, sino por la rigidez de sus arterias”.
Y esta misma lógica se aplica a músculos, tendones y articulaciones: “No es tanto la edad que tienes, sino la calidad con la que te mueves”. Los datos lo contrastan: alrededor de un tercio de las personas con artrosis leve a moderada no sienten dolor significativo y hacen una vida normal y activa. Así que sentir dolor no tiene por qué estar directamente asociado a haber envejecido y hay señales de aviso que hay que tener en cuenta.
Cuando acudir al especialista
Aunque en un momento dado todos podemos tener algún tipo de molestias al levantarnos (ese dolor que es como una especie de aviso de arranque que dura unos minutos), debe desaparecer al movernos, no podemos considerar normal que el dolor persista durante el día, aumente al hacer ciertos gestos o nos limite para subir escaleras: “Ahí estamos ante una señal de alarma”, explica el experto.
“La clave no es tanto la intensidad del dolor, sino cómo afecta a tu vida diaria”, añade. Y lo explica: “Si te impide hacer cosas que antes eran simples como levantarte de una silla o agacharte para ponerte los zapatos es momento de valorar qué está pasando”.
