Entender la información que nos proporcionan las etiquetas de los alimentos es esencial para cuidarnos
¿Son fiables las apps para analizar las etiquetas de los alimentos?
MadridLa alimentación es una parte muy importante de nuestra vida, porque escoger los alimentos adecuados puede ayudarnos a proteger nuestra salud. Para eso es imprescindible saber preparar algunas cosas, pero también aprender a seleccionar esos ingredientes que pueden ayudarnos y no aquellos que provocarían el efecto contrario. Leer las etiquetas se convierte en esencial.
Esto no es algo que hagan demasiadas personas, en algunas ocasiones porque son muy pequeñas y el esfuerzo que hay que hacer para poder ver lo que pone es grande, en otras porque no se termina de entender qué es lo que pone y eso puede llegar a ser muy frustrante. Las etiquetas cada vez aportan más información, pero nadie nos enseña a interpretarla, lo que hace que el proceso pueda resultar un tanto frustrante.
Cómo leer correctamente las etiquetas en los alimentos
Aprender a leer las etiquetas correctamente puede ayudarnos a comer mejor porque contienen información sobre la composición de los productos. No se trata solo de saber si contiene muchas calorías o pocas, o cerciorarnos de que la fecha de caducidad o consumo todavía no ha llegado, leer la etiqueta es clave para descubrir si contiene azúcares añadidos, grasas ocultas o aditivos innecesarios.
Dos de las cosas más importantes (una vez consultada la fecha de caducidad) son la información nutricional y el listado de ingredientes. En el caso de los ingredientes es importante prestar atención a varios detalles sencillos, por ejemplo, la cantidad de ingredientes que contiene. Cuanto más corta sea la lista, mejor, y si hay ingredientes que no puedes reconocer, es probable que se trate de un ultraprocesado y sea mejor escoger otro.
En ocasiones un nombre diferente puede ocultar esos ingredientes que no queremos, como el azúcar que se oculta detrás de los jarabes de glucosa o la dextrosa, también algunas grasas trans.
La información nutricional también puede suponer un reto. Por ejemplo, en ocasiones las cifras que nos revelan son para porciones pequeñas, por lo que conviene saberlo para poder ponerlo en perspectiva. Es en esta parte del etiquetado donde se encuentra la información sobre calorías, grasas (evita las grasas trans y busca que sean bajos en grasas saturadas), azúcares o fibra, donde lo mejor es que contenga por lo menos tres gramos de fibra por cada 100 gramos de producto.
Algunos nombres también pueden llegar a confundirnos, por ejemplo, que algo sea light no quiere decir que sea saludable, de hecho puede ocurrir todo lo contrario, así como ‘sin azúcares añadidos’ no quiere decir que esté libre de azúcar, aunque en su caso serán naturales.
Es importante leer atentamente las etiquetas y también comparar entre productos para saber cuál encaja mejor con lo que estamos buscando. Por ejemplo, si queremos un alimento rico en proteínas, puede que dos marcas distintas tengan cantidades diferentes de ellas. Busca productos que sean ricos en fibra, vitaminas, minerales y grasas mono y poliinsaturadas, a la vez que moderas el consumo de sodio, grasas saturadas y trans, azúcares simples y aditivos. Siempre que puedas, escoge la comida real antes que los ultraprocesados.


