¿Son fiables las apps para analizar las etiquetas de los alimentos?

Para facilitar la tarea muchas personas echan mano de apps para el móvil que están pensadas para analizar las etiquetas de los alimentos y orientarnos para saber si son interesantes o no
¿Hasta qué punto son fiables?
Antes era mucho más fácil hacer la compra. Hoy la situación es muy diferente. Para empezar, la oferta de alimentos es mucho mayor. Además, disponemos de menos tiempo para ir a comprar (y por tanto, para mirar etiquetas), solemos comprar en establecimientos autoservicio, así que no disponemos de un asesoramiento personalizado por parte de un dependiente, y nos preocupamos más por la salud y por las características de los alimentos que compramos.
En los últimos años también han ido cambiando las etiquetas de los alimentos, de modo que han ido incorporando mucha más información, en parte debido precisamente a ese mayor interés que mostramos como consumidores.
Por ejemplo, hace cuatro décadas la etiqueta de los alimentos mostraba prácticamente la lista de ingredientes, el contenido neto y poco más. Sin embargo, hoy incluye muchas más cosas, como la información nutricional, la presencia de alérgenos, el origen o la naturaleza de alguno de sus ingredientes (por ejemplo, se indica de qué tipo es la grasa que contiene), etc.
La dificultad de leer e interpretar etiquetas
En definitiva, podríamos decir que cada vez que entramos en una tienda a hacer la compra nos encontramos en una especie de laberinto donde nos cuesta mucho encontrar la salida, dado el número de productos, la cantidad de etiquetas y la ingente cantidad de información que encontramos en ellas. Nos cuesta leerlas y, sobre todo, nos cuesta interpretarlas.
No es para menos, porque para entender todas esas etiquetas, es necesario contar con una serie de conocimientos que no solemos tener. Algo lógico, considerando que la educación alimentaria que recibimos a lo largo de nuestra vida es bastante escasa: hay pocos contenidos en el sistema educativo, pocas campañas institucionales, mucha desinformación en redes sociales, etc.
Las apps al rescate ¿o no?
Para tratar de solventar esta situación muchas personas buscan una posible solución en las apps que se han desarrollado para el móvil y que están pensadas para leer e interpretar las etiquetas de los alimentos, ofreciendo una respuesta sencilla para que podamos entender qué características tienen.
En principio la idea parece buena. Hoy en día casi todo el mundo cuenta en su poder con un móvil con cámara y acceso a internet. Así que no hay más que descargarse una de esas apps y escanear el código de barras del alimento en cuestión para que la aplicación nos muestre qué calificación le otorga, junto con algún comentario adicional que, en principio, nos permitirá tomar una decisión más informada a la hora de comprar.
El problema: criterios opacos o sin fundamento
El problema es que cada una de esas apps basan su calificación en unos criterios diferentes. En algunos casos, estos ni siquiera se muestran al usuario, así que no podemos saber en qué se sustenta la puntuación que se el otorga al alimento.
En otros casos esos criterios sí se pueden consultar. El problema es que son arbitrarios, no tienen suficiente fundamento o son insuficientes para formarnos una idea del alimento.
Por ejemplo, algunas de las apps más populares basan sus calificaciones en criterios como la nota que tenga el producto en el sistema Nutriscore (que tiene fallos y es bastante simplista), la presencia o ausencia de aditivos (que no determina necesariamente la calidad de un alimento) o el tipo de sistema de producción (por ejemplo, si cuenta con certificación ecológica, algo que tampoco es determinante sobre las características del alimento).
¿Cuáles son las mejores opciones?
Por otra parte, es cierto que hay alguna app que sí utiliza criterios con más fundamento, como el perfil de nutrientes de la Organización Mundial de la Salud o el sistema chileno que advierte sobre el exceso de sal o azúcar en alimentos.
Estas sí serían más fiables, pero en cualquier caso, lo ideal sería no tener que delegar nuestra decisión de compra en una aplicación de móvil. Siempre es preferible adquirir conocimientos para tomar decisiones más conscientes. Para ello hay algunas claves:
- Considerar el alimento con perspectiva para tener en cuenta qué tenemos entre manos (p.ej. no se trata de perderse en etiquetas para buscar “la galleta más saludable”, sino de considerar que las galletas son galletas y priorizar alimentos más interesantes desde el punto de vista nutricional, como frutas, verduras, hortalizas, etc.)
- Leer la etiqueta, centrando la atención en la lista de ingredientes y sabiendo que estos se enumeran en orden, según su importancia en el producto. Los que se muestran en primer lugar son los más abundantes, así que si ahí encontramos algunos como azúcares, harinas refinadas, etc. lo más probable es que ese producto no sea interesante
- Leer la información nutricional para complementar la información anterior, pero siempre teniendo en cuenta de qué tipo de alimento estamos hablando y de dónde proceden esos nutrientes.