"No se trata solo de volver a enamorarse, sino de elegir desde la calma, desde el amor propio y desde la experiencia", explica la psicóloga Lara Ferreiro
Por qué las relaciones tóxicas son tan adictivas: "Activan los mismos circuitos que la heroína"
A partir de los 50 años ya nadie está para perder el tiempo, y mucho menos para repetir un drama digno de Hollywood o seguir coleccionando decepciones como si fueran cromos. Después de sobrevivir a una relación tóxica probablemente tengas claro lo que no quieres en tu vida: caer en lo mismo. Lo que necesitas son personas que sumen y y que te aporten serenidad en lugar de altibajos constantes. Pero elegir bien no es tarea sencilla, porque implica primero un sincero autoexamen de conciencia.

La psicóloga Lara Ferreiro, autora del libro ‘¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta’ (Grijalbo) nos ofrece las tres claves que hay que tener en cuenta para acertar en el amor después de una relación dañina. "No se trata solo de volver a enamorarse, sino de elegir desde la calma, desde el amor propio y desde la experiencia. Una mala elección se paga muy cara, pero una buena elección te devuelve la paz que creías perdida", subraya la experta.
Cierra los duelos y di adiós a tu ex
Cuando se vive una dinámica tóxica durante años, cuesta mucho volver a amar a otra persona de manera sana. Aún así es muy habitual sentir sentir el vértigo emocional de querer llenar el vacío cuanto antes. Lo cual puede ser un error, porque no se trata de tapar huecos, sino de compartir desde la plenitud. "Por eso, antes de iniciar otra relación, asegúrate de estar bien contigo misma, de disfrutar de tu propia compañía, de no necesitar que nadie te rescate ni te distraiga de tu soledad", apunta Ferreiro.
"Cuando eliges desde la calma y no desde el miedo, te vuelves mucho más selectiva. Y créeme, se nota. Lo que antes te deslumbraba, ahora te resulta indiferente, y lo que antes pasaba desapercibido, ahora se convierte en lo verdaderamente importante", añade.
Observa más los actos que las palabras
Dice el refrán que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Es decir, tendemos a repetir patrones y cometer errores una y otra vez, involucrándose con el mismo tipo de personas o dentro de dinámicas disfuncionales, a pesar de ser conscientes de sus efectos negativos. Y uno de los grandes errores tras una relación dañina es dejarse seducir de nuevo por discursos bonitos, promesas de cuento y gestos grandilocuentes. "Pero, como siempre digo: las palabras emocionan, pero los actos sostienen", interviene la psicóloga.
En ese sentido, la experta recomienda fijarse "en cómo te hace sentir la otra persona, en cómo resuelve los desacuerdos, en si hay respeto cuando no estás de acuerdo, en si te escucha de verdad o solo espera su turno para hablar. Los pequeños detalles cotidianos revelan mucho más que las frases de película". "Y si algo no te cuadra, si una actitud te deja inquieta, haz caso a tu intuición", añade.
Haz un buen casting del amor
Para Ferreiro, esta la clave fundamental es hacer un buen casting, como si se tratase de una selección de recursos humanos. Pero conviene usar la cabeza y no dejarse llevar por romanticismos nocivos. "Venimos de una cultura que nos ha hecho creer que el amor verdadero es el que te descoloca, te hace perder el norte y te provoca un nudo en el estómago. Y no. Lo sano no genera ansiedad, lo sano calma", advierte.
El quid está en no quedarse con quien se vende mejor en el tráiler, sino con quien de verdad te dé garantías de cuidar de tu bienestar emocional. "Pregunta con ingenio, observa y, sobre todo, escucha cómo te sientes tú cuando estás a su lado. Porque ahí está la respuesta. Elige a alguien con quien puedas ser tú sin miedo, que respete tus tiempos, valore tus silencios y no te obligue a justificar cada paso", receta la psicóloga.
Elegir una relación sana y constructiva después de una dinámica tóxica es un acto profundo de amor propio. De compromiso con una misma. "Es decirle a tu yo pasado: 'he aprendido', y a tu yo presente: 'no me conformo con menos' Y si en el camino prefieres estar sola que mal acompañada, felicidades, eso ya es una elección sana", concluye Ferreiro.

