El secreto para una vida plena es seguir creciendo
El envejecimiento activo se ha convertido en un pilar fundamental para la calidad de vida del colectivo sénior
La periodista Alba Lago aborda la relevancia que tiene el aprendizaje continuo en el bienestar emocional de las personas mayores
El secreto para tener una existencia plena es no dejar de crecer. Promover un envejecimiento activo no solo mejora la calidad de vida del colectivo sénior, sino que también aporta un valor significativo a la sociedad en su conjunto. La periodista Alba Lago aborda en una nueva entrega de ‘Generación+’ de VidaCaixa en Uppers la relevancia que tiene el aprendizaje continuo en una sociedad diversa, resiliente e inclusiva.
En un mercado laboral en el que las tecnologías y los modelos de negocio cambian rápidamente, se exige al trabajador mantenerse actualizado, independientemente de su edad. Aquí es donde entran en juego conceptos como el reskilling, que implica adquirir nuevas habilidades para cambiar de trabajo o carrera, y el upskilling, que se centra en mejorar las habilidades existentes para ser más eficiente en el puesto actual.
Ambos enfoques son fundamentales para que los séniors se mantengan activos, relevantes y capaces de emprender nuevos proyectos o simplemente enriquecer su vida personal. A pesar de los estereotipos, las personas mayores pueden aprender con la misma eficacia que las más jóvenes, y aportan ventajas que llegan con la edad, como la experiencia, los conocimientos, la inteligencia emocional o la ética del trabajo, que fortalecen el tejido social y económico.
Mantener la mente activa es también esencial para prevenir el deterioro cognitivo, estimular la creatividad y retrasar la dependencia. El aprendizaje a lo largo de la vida, también después de la jubilación, no solo tiene un impacto positivo sobre el bienestar emocional y la autoestima, sino que permite explorar nuevas pasiones, desarrollar habilidades nuevas y contribuir a la sociedad.
El envejecimiento activo fomenta la participación en la comunidad, el voluntariado y el aprendizaje intergeneracional. La clave está en mantener una actitud abierta al aprendizaje, adaptarse a los cambios y disfrutar de las oportunidades de seguir creciendo que ofrece esta nueva etapa en la que aún hay mucho por vivir.
