Elsa Punset, sobre cómo volver a creer en el amor a partir de los 50: “Ya no buscas que la otra persona te solucione la vida”
La escritora y divulgadora explora las grandes dudas que nos asaltan al enfrentarnos a un cambio vital en el nuevo formato de Uppers, 'Volver a empezar'
Elsa Punset, protagonista del cuarto episodio de 'Cangrejos Albinos', nos habla de 'educar las emociones'
Hay momentos en la vida los que surge la necesidad, o el deseo, de volver a empezar. Ocurre generalmente cuando hacemos balance de lo logrado, lo perdido y lo que quedó pendiente. Y el saldo resultante nos coloca en un cruce de caminos. Lo que antes parecía seguro -un amor, una carrera, un proyecto de vida- puede haberse transformado, o incluso derrumbado, sin que hayamos sido conscientes. Pero reiniciar no tiene por qué significar borrar el pasado, sino usarlo como base para construir un nuevo rumbo. De tomar decisiones difíciles, aprender a mirar con otros ojos y reconectar con nosotros mismos habla la escritora y divulgadora Elsa Punset en su nuevo libro, 'Alas para volar' (Destino), y en el nuevo formato semanal de Uppers, 'Volver a empezar'.
A partir de los cincuenta años ya no cargamos únicamente con sueños, sino también con experiencias, heridas y aprendizajes. Una mochila que aunque pueda parecer pesada en realidad nos permite distinguir distinguir lo esencial de lo trivial. Un nuevo amor, por ejemplo, ya no se busca desde la ingenuidad juvenil, sino desde la claridad de lo que realmente queremos compartir.
"El psicólogo James Hollis dice que la primera parte de la vida es un error gigantesco inevitable", señala Punset. "Sales al mundo únicamente con las cosas que has aprendido en tu infancia, y con esa armadura sueles repetir errores una y otra vez. Y es importante hacerlo porque es la única forma de aprender", cuenta la experta en crecimiento personal, que protagonizará la próxima entrega de 'Cangrejos albinos'.
El amor juvenil y el 'otro mágico'
Por ello, el amor en las primeras etapas de la vida se basa en encontrar al 'otro mágico’, la persona que viene a curar las heridas que nos dejó la infancia (no nos quisieron suficiente, nos quisieron demasiado, teníamos padres autoritarios, estaban ausentes...), pero esos problemas que traemos 'de serie' rara vez se resuelven así. Sin embargo, sí podemos tomar conciencia de que lo que nos pasó de niños no tiene por qué definir nuestra vida adulta.
Un acto de esperanza
"Un día entiendes que lo que realmente distingue un amor bueno de uno inmaduro es que ya no buscas en la otra persona que te solucione la vida. Buscas una persona que te acompañe, a la que poder acompañar y que te deje crecer", apunta Punset. Nunca es tarde para seguir creyendo en el amor, porque un reinicio no es un acto de desesperación, sino de esperanza. Es una nueva oportunidad de vivir con mayor autenticidad, plenitud y sentido.
