Pareja

El síndrome de las supermujeres de 40 a 60 años: "Les resulta difícil encontrar hombres admirables"

Meryl Streep
Meryl Streep, supermujer en 'El diablo viste de Prada'. Uppers
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Hay una parte importante de mujeres entre 40 y 60 años que han conseguido el éxito en la vida, pero a costa de pagar con soledad amorosa sus logros sociales, culturales y profesionales. Mientras, los hombres en su misma situación sí optimizan sus posibilidades de encontrar pareja. Esa es la tesis que defiende el psicólogo y terapeuta de pareja Antoni Bolinches en su último libro, 'El síndrome de las supermujeres' (Amat editorial), en el que se cuestiona la realidad sentimental de una generación de mujeres decepcionadas que sufren las consecuencias de los cambios sociales que ellos mismos han protagonizado.

El creador de la Terapia Vital lo define este síndrome como el "conjunto de las características positivas que siendo buenas para la seguridad y la autorrealización de la mujer dificultan, en la práctica, la posibilidad de encontrar una pareja masculina". Bolinches se refiere a mujeres de entre 40 y 60 años que son guapas, inteligentes, tienen formación media o superior, poseen autonomía económica, mucha seguridad en sí mismas y gran madurez personal.

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Antoni Bolinches

"El hecho de poseer tantas virtudes y haber alcanzado la excelencia, les dificulta enormemente encontrar parejas masculinas porque no existen muchos hombres adecuados para ellas ni esos hombres muestran un especial interés para relacionarse con ellas", explica el experto. "Su problema consiste en que, dado el conjunto de sus muchas virtudes, les resulta difícil encontrar hombres admirables", añade.

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Los cuatro tipos de supermujer

Bolinches ha identificado hasta cuatro variantes de supermujer. La 'conformada', que se siente realizada profesional y personalmente y acepta su realidad amorosa de forma adaptativa; la 'autosuficiente', cuya realización personal no depende del amor, por lo que está bien sola y está bien acompañada, a veces tiene pareja y a veces no.

También la 'facilitadora', que quiere favorecer con su excelencia los éxitos de sus parejas pero puede llevar a estos a un nivel de esfuerzo que a lo mejor no deseaban; la 'reactiva', que se afirma competitivamente ante los hombres hasta un punto que dificulta las relaciones amorosas armónicas y se acaba perjudicando a sí misma; y la 'castradora', con una actitud tan ambivalente hacia los hombres que la lleva a inferiorizarlos, menospreciarlos y utilizarlos.

"Naturalmente los tres primeros perfiles están en mejores condiciones de superar el síndrome e incluso de establecer estrategias de prevención que eviten su aparición", subraya el psicólogo.

¿Y cómo se puede superar? "Primero, aceptando que estamos en una crisis en el modelo de relaciones de género caracterizado por el desconcierto masculino por la evolución de la mujer y por la decepción de la mujer ante la falta de evolución del hombre. Y segundo, creando un código de relación más simétrico e igualitario", responde Bolinches.

Decepción femenina y conformismo masculino

Para el terapeuta de pareja hay un vínculo claro entre la “decepción femenina” y el “conformismo masculino", ya que se refuerzan mutualmente. "Hay muchas mujeres decepcionadas porque observan cómo su legítimo deseo de establecer vínculos simétricos y enriquecedores con los hombres choca con la inercia sexista masculina de buscar relaciones cómodas con mujeres que no les compliquen la vida", argumenta.

Y eso es un problema de prácticamente todas las sociedades occidentales: "Las mujeres quieren relaciones vivas, mientras que los hombres prefieren relaciones cómodas".