Hay parejas que deciden separarse tras haber pasado décadas juntos, esto se denomina 'divorcio gris'
El divorcio exprés cumple 20 años: así se simplificó en España poner fin al matrimonio, algo ilegal hasta 1981
MadridSuele decirse que nunca es tarde para enamorarse, pero conviene señalar que también es cierto que nunca es tarde para separarse. No siempre es necesario mantener una relación que no funciona, que no nos aporta lo que necesitamos para ser felices o que nos da más penas que alegrías, incluso cuando sintamos que ya es demasiado tarde.
Cada vez son más las parejas que toman esta decisión pasados los 50 años, dispuestos a dejar atrás una experiencia que ya no les hace felices y con ganas de rehacer su vida, incluso sabiendo que no es una tarea sencilla. Divorciarse tras décadas de matrimonio no es una decisión fácil, porque no solo afecta al corazón, también otros factores se ven afectados, como las finanzas.
El 'divorcio gris': cómo proteger tus finanzas si te separas después de los 50
‘Divorcio gris’ es como se denomina a esas parejas de más de 50 años que, tras décadas juntos, deciden tomar la decisión de separarse. Es un término que hace referencia a las canas que suelen aparecer en el cabello de las personas a partir de cierta edad, señalando que se trata de divorcios entre mayores adultos que se encuentran en una etapa avanzada de la vida y toman esta decisión conscientes de que todavía les queda mucho por vivir, pero que también tienen muchas experiencias a sus espaldas.
Aunque cada pareja es un mundo, la mayoría de estos divorcios se producen por cambios vitales, como la proximidad a la jubilación o por el nido vacío. También influye el desgaste de la relación o la búsqueda de nuevas oportunidades para seguir creciendo personalmente. Antes se consideraba que esta era una etapa para disfrutar de la estabilidad, pero actualmente se asocia más con una reevaluación de prioridades.
Un divorcio siempre afecta y pasados los 50 años no es una excepción, para muchas personas es como pasar un duelo y necesitan tiempo para poder aceptarlo, también es posible necesitar ayuda profesional. Más allá del impacto emocional que pueda tener en nosotros, también puede haber consecuencias a nivel económico y social. Existe un mayor riesgo a la soledad, sobre todo si las actividades sociales no son algo habitual en nosotros, o no existe una red de apoyo.
Económicamente tampoco es una situación fácil, porque habrá que dividir el patrimonio, habrá que acordar las pensiones de alimentos, la custodia y régimen de visitas de los hijos, sin son menores de edad o dependientes de los padres, y utilización de la vivienda familiar. También es posible que una de las partes reciba una pensión compensatoria por desequilibrio económico, por ejemplo, en caso de uno de ellos trabajara más para la casa sin ser suficientemente recompensado por ello, tal y como sucede en Cataluña.
Si la decisión se toma de manera amistosa, muchos de los problemas legales quedan solucionados por la buena voluntad de ambas partes y la intención de llegar a acuerdos sin querer herir al otro implicado. Esto no hace que resulte más sencillo a nivel emocional, pero sí a nivel legal. Si uno de los dos no acepta el divorcio, habrá que acudir a la vía judicial interponiendo una demanda.


