Un hombre siembra el pánico entre sus vecinos en Sestao: insultos, agresiones y amenazas de muerte

Una calle de Sestao (Bizkaia)
Una calle de Sestao (Vizcaya).Europa press
  • Los vecinos de los portales 37 y 39 están hartos de amenazas, suciedad, insultos y agresiones

  • Se trata de un individuo "psicológicamente inestable" y "agresivo", según consta en las denuncias

  • Algún vecino ha llegado a solicitar una orden de alejamiento, aunque no le ha sido concedida

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BilbaoHace menos de un año que un nuevo vecino se instaló en un bajo acondicionado como vivienda en el barrio La Iberia de Sestao, en Vizcaya, y se acabó la paz para los residentes de esos dos portales situados junto a la estación de tren.

Denuncian que, desde entonces, este hombre les hace la vida imposible con continuas amenazas, tirando todo tipo de basura, e incluso, con agresiones. El temor ante la inestabilidad de este individuo es tal que, algunos de los residentes, han llegado a solicitar una orden de alejamiento ante el miedo a sus amenazas de muerte. El miedo parece justificado si tenemos en cuenta que ha llegado a pegar con un bate a otro hombre en plena vía pública.

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El propietario de este bajo quita el sueño a sus vecinos. Al parecer, se trata de un viejo conocido de la policía, ya que acumula numerosas denuncias y tiene un “amplio historial delictivo”. Además, la propia policía lo considera una “persona agresiva” y “psicológicamente inestable”.

"Me tienen envidia"

Los vecinos se quejan de sus insultos, amenazas y agresiones. Hay quien le ha visto deambular desnudo por la calle y hasta, masturbarse a la vista de todos. Hartos de la situación, no saben qué más pueden hacer. Por su parte, él, según la televisión local Tele7, niega los hechos y acusa a sus vecinos de hostigarle porque “me tienen envidia”.

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El Consistorio de Sestao se ha comprometido a informar a la Diputación de Vizcaya, competente en este caso ante la inestabilidad psicológica de este individuo, de las quejas de los vecinos y el malestar que, presuntamente, genera este residente en la convivencia del resto para que actúen en consecuencia si así lo consideran.

Mientras tanto, los vecinos del número 39 y del 37 tendrán que seguir conviviendo con él y cruzando los dedos para que las agresiones, amenazas e insultos no terminen en tragedia.

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