El hombre arrollado por un tren en Agurain era Josu Alday, un sacerdote de 81 años: "Muy conocido en la Llanada Alavesa"

Josu Alday Ochoa de Olano, sacerdote claretiano y superior de esta comunidad religiosa en Agurain.. Diócesis de Vitoria
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Vitoria-GasteizTres días después del trágico arrollamiento mortal de un hombre de avanzada edad en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Agurain (Álava), se ha desvelado la identidad del fallecido: Josu Alday, un conocido sacerdote claretiano y superior de esta comunidad religiosa en Agurain, de 81 años de edad.

La Ertzaintza investiga la muerte de este religioso “muy conocido en la Llanada Alavesa” y cuya repentina y dramática muerte ha sido, en palabras de la Diócesis de Vitoria, “una noticia inesperada que conmociona tanto a todo un pueblo como al conjunto de la Iglesia alavesa”.

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El atropello mortal se produjo a primera hora de la tarde de este pasado domingo y la Diócesis de Vitoria ha anunciado que su funeral se celebrará mañana, miércoles 20, a las 18:30 de la tarde, en la iglesia parroquial de Santa María de Agurain, presidido por el Obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde.

Toda una vida, vinculado a la Iglesia

Josu Alday Ochoa de Olano ingresó en la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como claretianos, en 1964. Fue ordenado sacerdote en Roma y ha pasado toda su vida, vinculado a la Iglesia.

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En la actualidad, residía en su comunidad natal de Salvatierra, de la que era superior, donde continuaba con su vida misionera. En 2023 celebró sus bodas de oro sacerdotales, quienes le conocieron destacan su “enorme amabilidad de trato”, su “siempre disponibilidad para la ayuda” y sus grandes conocimientos de la Iglesia. Destacan de él su “alto sentido del deber” y su vida dedicada a la difusión de la vocación religiosa desde diversos ámbitos.

En el último año, el superior de los claretianos de Agurain se volcó, por un lado, en la celebración de los 175 años de la fundación a nivel mundial de los claretianos y, por otro, y el impulso a la memoria del joven religioso de Agurain Nicolás Campo, que "con solo 16 años fue asesinado por su fe al inicio de la Guerra Civil".