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Volvía de disfrutar de unas fiestas de verano. Las del Carmen dos Pincheiros de A Pobra do Caramiñal, en la coruñesa comarca del Barbanza. Su asesino, José Enrique Abuín Gey, se cruzó en su camino en el puente de San Antonio, el lugar en el que se le perdió la pista. Hoy se cumplen seis años de la desaparición de la joven Diana Quer cuando tenía 18 años. Tras la confesión del autor de su muerte, el Chicle, su cuerpo sin vida apareció el último día de 2017 en una nave abandonada de la parroquia de Asados, en el municipio de Rianxo.
Es un breve resumen en tan solo unas líneas, pero su nombre es el de un crimen que conmocionó a la sociedad. Su búsqueda y las noticias que iban surgiendo sobre su posible paradero mantuvieron en vilo a todo el país. Horas antes del hallazgo, la Guardia Civil había detenido a José Enrique Abuín Gey. Un jurado popular lo consideró culpable de los delitos de detención ilegal, agresión sexual y asesinato con alevosía. En diciembre de 2019 fue condenado a prisión permanente revisable.
Desde entonces, permanece recluido en el Centro Penitenciario Provincial de Villahierro. A pesar de que Abuín Gey intentó que el Tribunal Supremo revisara su condena, no lo logró. El alto tribunal desestimó su recurso contra el dictamen del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que le condenaba además a pagar una indemnización de 130.000 euros a cada uno de los progenitores de Diana Quer y de 40.000 a su hermana Valeria. Además, establecía una orden de alejamiento de mil metros desde el inicio de la condena y hasta después de 10 años de su finalización.
Teóricamente, un preso puede solicitar sus primeros permisos al abandonar el primer grado. En este caso, en el del Chicle, su condición de reo sujeto a la prisión permanente revisable limita esta opción hasta el cumplimiento de ocho años de prisión efectiva. Si echamos cuentas, el plazo de tiempo se cumpliría a finales del año 2025. Si la prisión permanente hubiese sido por actos de terrorismo, deberían cumplirse quince años de prisión efectiva.
En 2019, el juicio por el caso no fue menos mediático. Y dos años y medio más tarde, en 2021, la justicia lo volvió a procesar por una supuesta agresión sexual a su cuñada cuando esta era menor de edad, tenía 17 años. En una comparecencia telemática, El Chicle negó los hechos que se le imputaban y se remitió a su declaración en el 2005, cuando este asunto llegó por primera vez a los tribunales y fue archivado. Aseguró que fue una relación consentida e indicó que en ningún caso hubo violencia sexual.
Una vida truncada
Desde la desaparición de Diana Quer, la presencia mediática de su familia fue en aumento y los problemas en el seno familiar no fueron pocos. Hoy Galicia y todo el país recuerda uno de los crímenes más sonados de su crónica negra. El de una noche de fiesta que acabó con el peor de los desenlaces hace seis años.