Una gallega denuncia que no puede volver a casa porque una inquiokupa se niega a irse de su vivienda: “Vivo atrapada en Londres”
Raquel Pazos vive en el Reino Unido y desea volver a A Coruña, donde tiene un piso que heredó de su padre
La vivienda estaba alquilada desde hace 15 años pero, pese a haber vencido el contrato, la inquilina se niega a irse
Siguiendo las indicaciones de su abogado, la dueña ha dejado de aceptar el pago del alquiler, que ascendía a 539€
A CoruñaRaquel Pazos es una coruñesa de 48 años que lleva 12 viviendo en Londres y aunque su idea es volver a Galicia porque “la morriña llama”, no puede hacerlo porque no puede disponer del piso que heredó de su padre en A Coruña, al estar ocupado por una familia que se niega a abandonarlo.
Su progenitor, fallecido en 2022, le había alquilado el piso de tres habitaciones a una mujer quince años atrás, una mujer que ahora tiene pareja y un bebé, y que no está dispuesta a irse con su familia a otra parte.
Según Raquel, heredó la vivienda, y viendo la oportunidad de volver a su tierra, informó a la inquilina mediante un burofax de su necesidad de disponer de la misma, a lo que ésta se negó. Ahora, tras dos años de negativas a abandonar el piso y siguiendo las indicaciones de su abogado, Raquel ha dejado de aceptar la renta que cobraba por el alquiler y que ascendía a 539 euros, aunque ella sí tiene que seguir pagando para vivir en Londres donde está “atrapada”, asegura.
“El juicio está ganado”
“Si acepto los pagos se considera que acepto que siga viviendo allí, y no es así”, explica Raquel, “así que desde noviembre no cobro nada”, añade.
Con todo, la inquilina “no quiere irse”, asegura, “por lo que hemos judicializado el asunto”, zanja.
Será la Justicia la que determine si Raquel puede recuperar la vivienda de su padre y regresar a la ciudad herculina que tanto ansía o si la inquilina y su familia han adquirido el derecho a permanecer en ella, algo que la propietaria no ve posible: “El juicio está ganado”, asegura, pero hasta que eso pase y se produzca el lanzamiento “pasarán años”, lamenta.
“No soy una okupa”
La inquilina, por su parte, relata a la prensa local que desde que le venció el contrato está buscando una vivienda de características similares por la zona pero que “no es fácil”, asegura.
Añade que “no soy una okupa, siempre he pagado el alquiler, aunque ahora la propietaria ha decidido devolverme las transferencias”, explica.
También relata que le ha propuesto comprarlo por 220.000, algo que Raquel desmiente, pero que ella (la propietaria) “quiere destinarlo a alquiler vacacional y que no lo necesita para vivir”, asegura.
Raquel, por su parte, niega tener intención de dedicarlo al turismo ya que, entre otras cosas, “no podría porque es un segundo y el Ayuntamiento solo concede licencia a bajos y primeros”, y aclara: “Sólo quiero volver a mi casa, me estoy perdiendo ver crecer a mis sobrinos y estar con mis amigos, y eso no tiene precio”, zanja.
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