24 horas con "La Papa", la ambulancia psiquiátrica

Mientras esperábamos fuimos charlando con varios técnicos que han estado destinados durante años en "la papa" Nadie supo decirme de dónde surge ese nombre ni qué significado tiene, pero para cada profesional del servicio de urgencias significa lo mismo: uno de los servicios más peligrosos y complicados de realizar.

Carlos Barra, Jefe de Operaciones del SAMUR, nos cuenta que "se trasladan cada año 2200 pacientes, una cifra que siempre se mantiene, suele oscilar al alza o a la baja muy poco. Los enfermos mentales son cíclicos, a algunos los conocemos desde hace años y la mayoría sufre más crisis durante los cambios estacionales o durante las noches de luna llena".

Mientras conversamos salta el tan esperado Código 5 (suele haber una media de 3 avisos diarios en un servicio activo las 24 horas, pero hay días que sobrepasan la docena)

Alejandro Vargas nos avisa: "Se trata de un enfermo mental con brotes psicóticos que hay que recogerlo en su casa para trasladarlo forzosamente al hospital".

Salimos como alma que lleva el diablo de la base hacia el barrio de San Blas, allí nos encontramos con la ambulancia psiquiátrica y los técnicos. Es entonces cuando vemos su interior: una silla con correas, muy similar a la que ataban a Anthony Hopkins en "El Silencio de los Corderos", cierres de seguridad y paredes acolchadas imponen en el primer vistazo, incluso aterra un poco. "El enfermo debe venir tranquilo, es lo normal, muchas veces no va ni atado, el 90% de los casos son tranquilos. Pero el paciente psiquiátrico es imprevisible: uno estuvo pegándonos tiros con la escopeta 7 horas hasta que vinieron los GEOS, otro amenazó a mi compañero con un cuchillo jamonero... en su casa es el lugar donde controlan su terreno y hay que estar muy alerta", Miguel Ángel Iglesias lleva 22 años en este servicio y sabe muy bien de qué habla.

Esperamos a la policía, siempre se actúa con agentes para evitar cualquier problema. Los operarios del SAMUR sólo pueden trasladar a los pacientes mediante una orden médica de traslado forzoso al hospital o mediante orden judicial de ingreso hospitalario.

En este caso es órden médica. Los profesionales se preparan. En el traslado de un enfermo mental, la incógnita de cómo acabara es constante. La delicadeza, la paciencia y sobre todo la psicología es fundamental para que nadie sufra... y mucho menos el paciente. Subimos al piso y el enfermo nos abre...pero no es exactamente lo que queríamos encontrarnos...