Las autoridades estadounidenses han solicitado a unos 2.000 residentes de una aldea del estado de Ohio, en Estados Unidos, que evacuen sus viviendas tras el descarrilamiento y posterior incendio de un tren que arrastraba medio centenar de vagones llenos de combustible.
El incidente no ha dejado víctimas que lamentar pero sí ha desatado una operación de emergencia en la localidad de East Palestine, donde residen unos 5.000 habitantes, según ha informado el alcalde del municipio, Trent Conaway, en una rueda de prensa. Por otra parte, en otra zona del país, en la costa del Pacífico, un hombre ha sido rescatado después de que una ola gigante de doce metros hundiera su barco.
Los ciudadanos, que en principio han recibido una orden inicial de las autoridades para que se refugien en sus casas, no corre peligro por las llamas sino por los gases tóxicos expulsados, aunque la Agencia Federal para la Protección del Medio Ambiente está vigilando la calidad del aire para constatar que no es necesario elevar el nivel de alarma.
A ello hay que añadir que todas las viviendas en un radio de un kilómetro del lugar del descarrilamiento han recibido orden inmediata de evacuación.
Más de 50 dotaciones de bomberos todavía siguen intentando controlar las llamas, visibles desde kilómetros de distancia, según ha hecho saber el alcalde en declaraciones realizadas a ABC News.
Los bomberos también están intentando determinar el alcance de la deflagración dado que el tren transportaba una amplia variedad de "sustancias peligrosas" pero el calor está impidiendo a los servicios de emergencia evaluar con exactitud los daños. Por supuesto, también se investigan las causas.