Paula Balsera y María Berkovits relatan sus últimas horas en Turquía: carecen de agua y sienten réplicas

En Turquía residen cerca de 5.500 españoles. Más de una veintena se encuentran en las zonas afectadas por el seísmo. Dos de ellas son Paula Balsera y María Berkovits, las jóvenes madrileñas que relataron este lunes cómo abandonaron su vivienda tras sentir el terremoto. Ellas fueron al país del Medio Oriente a realizar un voluntariado y ahora tratan de ayudar tras esta catástrofe humanitaria. Las últimas horas han sido muy duras, según cuentan: carecen de agua y gas mientras contabilizan media decena de réplicas.

Paula y María aseguran que la población turca se ha volcado para ayudar a los damnificados. No obstante, todos están en alerta constante por los temblores. "Cada vez que había una réplica, si era un poco más fuerte, salíamos por la puerta y nos quedábamos en la calle unos 30 minutos y volvíamos", cuenta María.

La población turca ayuda a los afectados por el terremoto: "Los polideportivos están habilitados y muchos restaurantes también"

Las dos jóvenes madrileñas están siendo testigos del verdadero drama de las familias que lo han perdido todo: "Aquí enfrente tenemos un autobús que está acogiendo a familias que se han quedado en la calle, para que puedan dormir un poco", precisa Paula.

El terremoto, además del espeluznante número de víctimas mortales, que podría ascender a 20.000 según la Organización Mundial de la Salud (OMS), provocó la caída de miles de edificios. Las autoridades locales organizan los planes de ayuda sobtre la marcha. Es una tragedia. "Los polideportivos están habilitados y muchos restaurantes también. Entonces, muchas de las familias afectadas han podido dormir allí", detalla María.

Paula Balsera y María Berkovits, las dos jóvenes madrileñas que sintieron el terremoto en Turquía

Las dos españolas, que han estado en ciudades como Gaziantep o Adana, ya relataron en la víspera cómo sintieron el temblor de la madrugada del lunes: aseguran que "se movía la lámpara, las ventanas...". Se despertaron confundidas, sin saber muy bien qué estaba pasando. Una de ellas pensaba al principio que era su compañera de litera de arriba moviéndose. Sin embargo, al ver que no, cogieron lo indispensable y evacuaron el edificio.

"Decidimos por instinto salir e ir a la calle, que es lo más seguro", explican las jóvenes. Ellas vieron "gente asustada, niños con la manta puesta" porque era "lo primero que podían coger..." "Nos quedamos asombradas de cómo se derrumbó la mezquita que tenemos aquí al lado", agregaron sobre los efectos del terremoto. Debido al shock de lo ocurrido, apenas pudieron dormir. Una situación que viven miles de personas en otros puntos del país y también de Siria.