Inteligencia Artificial

El Papa León XIV pide una regulación ética global de la Inteligencia Artificial

El Papa León XIV recorre la plaza de San Pedro en Papamóvil
El Papa León XIV en una imagen de archivo. Europa Press
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El Papa León XIV ha pedido una regulación ética global de la Inteligencia Artificial (IA) para que esta se desarrolle en beneficio del bien común, según se desprende del mensaje que ha enviado a los participantes en la Cumbre 'AI for Good 2025, que se celebra en Ginebra.

"En nombre del Papa León XIV, aprovecho esta oportunidad para animarles a buscar claridad ética y a establecer una gobernanza local y global coordinada de la IA, basada en el reconocimiento compartido de la dignidad inherente y las libertades fundamentales de la persona", se lee en el mensaje, firmado por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y enviado en nombre del Pontífice.

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"Implicaciones antropológicas y éticas" del uso de la IA

Según indica, "a medida que la IA adquiere la capacidad de adaptarse de forma autónoma a diversas situaciones mediante la toma de decisiones algorítmicas puramente técnicas, es crucial considerar sus implicaciones antropológicas y éticas, los valores en juego y los deberes y marcos regulatorios necesarios para defender dichos valores".

Según señala, la humanidad se encuentra "en una encrucijada", ante la revolución digital impulsada por la Inteligencia Artificial, que está transformando áreas como la educación, el trabajo, el arte, la salud, la gobernanza, el ejército y la comunicación.

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Esta transformación, advierte, "requiere responsabilidad y discernimiento" para "garantizar que la IA se desarrolle y utilice en beneficio del bien común, construyendo puentes de diálogo y fomentando la fraternidad, y garantizando que sirva a los intereses de la humanidad en su conjunto".

Así, apunta que, si bien la IA puede simular aspectos del razonamiento humano y realizar tareas específicas con "increíble velocidad y eficiencia", no puede "replicar el discernimiento moral ni la capacidad de forjar relaciones genuinas". Por tanto, añade que el desarrollo de estos avances tecnológicos debe ir "de la mano del respeto por los valores humanos y sociales, la capacidad de juzgar con la conciencia tranquila y el crecimiento de la responsabilidad humana".

Según señala, la responsabilidad del uso ético de los sistemas de IA comienza con quienes los desarrollan, gestionan y supervisan, pero añade que quienes los utilizan también comparten esta responsabilidad. En este sentido, explica que la IA requiere una gestión ética adecuada y marcos regulatorios centrados en la persona, que trasciendan los meros criterios de utilidad o eficiencia.