En la ciudad estadounidense de Storckbridge, en el estado de Georgia, un vecino llamó al teléfono de emergencias. Había oído disparos y a una mujer pidiendo auxilio. Le faltaba un dato: ¿de dónde procedían los gritos?.
La policía decidió entrar en una vivienda al azar. Era la casa de William Powell un hombre de 63 y su mujer. Fue ella quien contó a la cadena WSB-TV2 Atlanta después de lo ocurrido que su marido había salido con una pistola ya que pensaba que la policía era un grupo de delincuentes. Los agentes, al ver que el hombre iba armado no dudaron en disparle. William murió en el hospial a causa del disparo en el cuello.
Ahora, la Oficina de Investigaciones de Georgia será la encargada de llevar a cabo la inspección a la que va a ser sometida esta violenta actuación policial. Desde la administración han confirmado que la víctima no disparó en ningún momento, a pesar de que los agentes involucrados han publicado un comunicado en Facebook explicando que se había producido un tiroteo. Por el momento, el agente en cuestión ha sido suspendido de sus funciones.