Los niños de Taclobán lloran sin motivo alguno o se quedan pasmados durante horas. Muchos no asimilan lo que ha pasado, otros no tienen quien se lo explique como cuatro hermanos huérfanos de padre y madre que viven refugiados en la Iglesia de los Remedios. La mayor, Shylyny, vio como la ola se llevaba a su padre y a su madre, cuando la casa se partíó en dos. Ella llevaba otro hermano de la mano pero no pudo sujetarle. Ahora se ha quedado al cargo de los otros tres.
Aún tiene los golpes del tifón en el cuerpo. Los voluntarios de la parroquia se encargan de ellos pero nadie sabe nada de su futuro. Brenda Claridad, una voluntaria nos cuenta que por ahora no saben lo que ocurrirá con ellos.
Más de 300 familias, unas 1100 personas, han convertido la iglesia en un refugio. En él se cobijan muchas madres con sus recién nacidos durante el ciclón. La ola generada por el ciclón inundó la planta baja del Hospital Provincial. Sus trabajadores trasladaron a los 20 bebés que tenían ingresados a la capilla, situada en la planta de arriba. 16 sobrevivieron.
Ahora se enfrentan a la vida sin electricidad. No hay neveras para le leche ni electricidad para las incubadoras. Para paliar tanto sufrimiento, un grupo de 35 sanitarios españoles ha viajado a Tacloban para intentar paliar tanto sufrimiento