Un grupo de control de actividad geológica advirtió del riesgo de erupción del volcán Whakaari

  • La erupción deja 14 víctimas mortales y 34 heridos, algunos de ellos muy graves

  • La Policía neozelandesa investigará si el suceso podría haber sido evitado y quienes son los responsables

Las autoridades de Nueva Zelanda han confirmado que hace una semana, el pasado 3 de diciembre, varios expertos en actividad volcánica advirtieron del riesgo de erupción del volcán de la llamada Isla Blanca. Fue el grupo GeoNet, que especificó que no representaba “un peligro directo para los visitantes", a pesar de que habían detectado que había entrado "en un periodo de actividad eruptiva". El estratovolcán, que se encuentra a 48 kilómetros de la Isla Norte del país en la bahía de Plenty, entró en erupción el pasado lunes, como predijo GeoNet. Finalmente, sí que supuso un riesgo directo para los turistas, ya que el balance deja 14 víctimas mortales.

En el momento de la erupción se encontraban en la isla 48 visitantes, del crucero `Ovation of the sea´, de los cuales 34 consiguieron salir de la pequeña isla. Los otros 14 continúan desaparecidos, pero las autoridades neozelandesas, han trasladado hoy que descartan que haya supervivientes en la isla. La recuperación de los cuerpos se llevará a cabo en las próximas horas, ya que por el momento persiste el riesgo de nuevas erupciones.

Del cráter siguen saliendo humo y cenizas, en el agua se ve cómo los residuos del volcán tiñen las orillas. Los expertos alertan a los equipos de rescate que extremen las precauciones por el riesgo de nuevas erupciones en las próximas horas. Jacinda Ardern, primera ministra del país, agradecía a este equipo de rescate su labor y les consolaba por las noticias, cada vez más desesperanzadoras sobre el final de los turistas que fueron a conocer la isla. Una isla deshabitada, pero que recibe cada año a unos 10.000 visitantes. Por el momento, el Gobierno ha cancelado todas las excursiones y ha establecido un perímetro de seguridad alrededor de Whakaari.

La Policía neozelandesa anunció tras la catástrofe que investigarían si este suceso podría haber sido evitado y quienes son los responsables de las muertes. Una investigación que incluirá a los operadores turísticos que organizan excursiones a la isla, gestionada desde 1952 por una fundación privada. "Se analizará si hay un responsable penal por las muertes. Aún es muy pronto para anunciarlo", dijo el subcomisario John Tims, perteneciente al mando policial que investiga el suceso.

Los afectados pertenecen a siete nacionalidades distintas, concretamente se encontraban en la isla personas australianas, estadounidenses, neozelandesas, alemanas, británicas, chinas y una de Malasia. Las 34 que han sido rescatadas están siendo tratadas en distintos hospitales de la zona, la mayoría presentan quemaduras, algunas muy graves que cubren hasta el 70% de su cuerpo.

Una tragedia que investigarán si pudo o no ser evitada tras la previsión de los expertos de GeoNet. Unos datos que no son exactos, como nos cuenta Janire Prudencio, del departamento de Física de la Tierra de la Universidad de Granada. “No podemos decir mañana a las 08:05 entrará en erupción pero podemos hacer una previsión a más largo plazo”, denuncia cual es el problema principal en la elaboración de estos estudios, en los que a pesar de tener las herramientas, “no tenemos los medios suficientes, ni en cuestión de personal ni en tiempo”. Una labor que se facilitaría a través de la coordinación de equipos procedentes de distintos países.

La actividad de los volcanes es continua, como revela esta experta, este en concreto había incrementado su actividad durante las últimas semanas, algo que podía predecir una erupción. Prudencio cuenta que el Whakaari se caracteriza por su carácter especialmente explosivo, de ahí la agresividad de la erupción. Una erupción que deja un balance desalentador y que afectó a todos los visitantes que se encontraban en la isla.