Tras pasar juntos una velada en la ciudad rusa de Kursk, Nina invitó a Mikhail a su casa a pasar el resto de la noche, bebieron alcohol y comenzaron a mantener relaciones sexuales. Ahí fue cuando se dio cuenta de que su compañera había sido previamente un hombre. “Ella intentó seguir con el sexo, pero en ese momento él la agarró por el cuello y la apretó con fuerza”, según el informe de la Policía que recoge el ‘Daily Mail’.
Mikhail solo se detuvo cuando ella ya no presentaba signos de vida. Luego decidió deshacerse del cuerpo y llevó el cadáver al baño, donde cortó sus órganos internos en trozos pequeños que tiró al inodoro. Después cortó la carne de la mujer y la asó en el horno. El individuo negó que fuera caníbal y confesó a lo policía que también tiró la carne cocinada por el retrete.
Colocó la cabeza y las extremidades en una maleta y las llevó a su apartamento, donde se dispuso a cortar huesos y costillas para arrojarlos al contenedor de basuras. En ese momento llegó la policía, previo aviso de la madre de la víctima, preocupada por la ausencia de su hija.
Los agentes se encontraron con una imagen dantesca de la cabeza de la chica aún sujeta a la
columna vertebral, que el asesino había cubierto con sal “para enmascarar el olor”. “No tuvo tiempo de deshacerse de estas partes del cuerpo cuando lo atraparon”, según el informe policial. Tikhonov se enfrenta a 20 años de cárcel si es declarado culpable de asesinato y mutilación de un cadáver. Nina había sido registrada como mujer por las autoridades rusas.
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