La devastación causada por la artillería rusa contra objetivos civiles sigue siendo más que evidente en Ucrania. Así ha quedado Borodyanka, una pequeña localidad muy cerca de la capital ucraniana.
Decenas de viviendas han quedado completamente destruidas por los tanques y misiles de las fuerzas rusas. Igor Chumack, un miliciano del ejército ucraniano que acaba de entrar en otra ciudad tras la salida de las tropas de Vladímir Putin, narra la devastación que ha dejado el ejército ruso.
Este miliciano lleva a los ciudadanos medicinas y comidas para intentar ayudarles en todo lo que puedan.
Sviatoslav Yurash, el diputado más joven en la historia de la joven democracia ucraniana, acababa de cumplir 26 años cuando Rusia atacó a su país y no dudó en unirse a la resistencia armada para defender Kiev. En una entrevista con Europa Press, asegura que hay "pruebas" que evidencian que las tropas rusas han cometido "crímenes de guerra" durante su ofensiva y no solo en la ciudad de Bucha, cerca de la capital, donde han aparecido por las calles decenas de cadáveres de civiles maniatados con signos de haber sido ejecutados.
Yurash --que forma parte del batallón del territorio de Bucha número 133-- ha detallado que, a su paso por Boroyanka, fue testigo de la "masacre" perpetrada por el ejército ruso y teme que eso mismo esté sucediendo "en otras regiones del país".
"Estuve con un grupo de soldados americanos que nos han mostrado, por ejemplo, uno de los cohetes que están usando los rusos en exclusiva y que está equipado con municiones que están prohibidas por la Convención de Derechos Humanos de Ginebra", ha asegurado.
De este modo, ha asegurado que hay pruebas de los crímenes de guerra en "todas las ciudades liberadas". "Los rusos están matando a los civiles; están matando a la gente. Conforme vayamos a más partes de Ucrania, saldrán a la luz más pruebas que dejarán en 'shock' al mundo, como las imágenes de Bucha", ha manifestado.