Recordando el mítico chascarrillo del speaker saliente, anuncian que el laborista Lindsay Hoyle se impone como nuevo orador de Westminster por 325 votos.
Una figura, la del orador, que se ha ganado un gran protagonismo en el Parlamento británico y que es una pieza más del espectáculo en el que se transforma a menudo.
Con diez años como diputado, toma el relevo de John Bercow, que ve forzada su marcha, acusado por su falta de neutralidad. "Seré transparente", prometía Hoyle ante la cámara. Pero antes de su discurso, se producía una hilarante escena. Se trata del tradicional arrastre hasta el sillón del orador con el que escenifican la toma de posesión. Sillón que ha estado ocupando el carismático Bercow durante una década, lidiando con el griterío que ha marcado la agenda de los últimos meses. Por delante, Hoyle afronta el reto de arbitrar un Brexit, que tiene al Reino Unido en una situación de bloqueo.