El sultán de Brunei, Hassanal Bolkiah, uno de los hombres más ricos del mundo, ha definido el nuevo código penal como un "gran logro" para el país, según ha publicado The Guardian.
La homosexualidad ya es un delito en Brunéi que se castigaba con penas de cárcel, pero en los próximos días se convertirá en un delito capital con pena de muerte por lapidación para los homosexuales y los adúlteros. Para el delito de robo la nueva sanción prevé la amputación de la mano derecha la primera vez y del pie izquierdo si reincide.
El sultán de Brunei, Hassanal Bolkiah defendió la implantación del nuevo código, muy próximo a la Sharia, ley islámica, argumentando que su gobierno "no espera que otras personas lo acepten y estén de acuerdo, pero que sería suficiente si respetan a la nación de la misma manera que esta los respeta".
La organización Amnistía Internacional ha expresado su rechazo por estas leyes "atroces" e instó a Brunéi a que "detenga de inmediato" su aplicación. "Legalizar semejantes penas crueles e inhumanas es algo atroz", aseguró en un comunicado Rachel Chhoa-Howard, responsable de este país en la organización de derechos humanos.
En 2014, el sultanato de Brunei prometió implementar la ley de la sharia provocando protestas en Los Ángeles, fuera del famoso hotel Beverley Hills y el hotel Bel Air, ambos propiedad del multimillonario.
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