El preso condenado a muerte, Donnie Edwars Johnson, renunció a su última comida este miércoles, en una prisión de máxima seguridad en Tenessee, y animó a donar alimentos para personas sin hogar, tal y como recoge Tenessean.
Los internos condenados a la pena capital en Tennessee disponen de 20 dólares para gastar en una última comida antes de su ejecución. No obstante, Johnson, ejecutado este jueves por inyección letal, rechazó esta opción y optó por el menú destinado a todos los reclusos.
El abogado de Johnson explicó que su decisión estuvo inspirada en el también condenado a muerte y fallecido Philip Workman, quien pidió que sus 20 dólares estuvieran destinados a comprar pizzas para un albergue de personas sin hogar. El centro penitenciario no accedió a la petición.
Las autoridades condenaron a muerte a Johnson en 1985 por asesinar a su mujer asfixiándola con una bolsa de plástico un año antes. Después del atroz acto, con la colaboración de un compañero de trabajo, metió el cuerpo en el vehículo de este y lo aparcaron en el aparcamiento de un centro comercial. Finalmente, durante el trascurso de la investigación, los investigadores hallaron el cadáver.