Donald Trump debe verse a sí mismo como el Rafa Nadal de la política: un triunfador que no se rinde nunca pese a todas las adversidades. Precisamente por eso, ya dijo una vez que su tenista favorista es el de Manacor: “Me encanta Rafa Nadal. Ese chico siempre quiere ganar; es un ganador”, esas fueron sus palabras.
Pero hasta ahí llega el parecido… porque Trump, gran aficionado al tenis, lo practica sin embargo como la diplomacia: con la misma delicadeza…El expresidente Mariano Rajoy sabía de esa admiración y quiso romper el hielo con él asegurando que Nadal era su amigo.
La cuestión es que el presidente de Estados Unidos está empeñado en que el tenista acompañe a los Reyes en la cena de gala que ofrecerá durante su visita de Estado el 21 de abril.
Nadal confesó hace tiempo que el estilo de Trump, demasiado arrogante, no es el suyo.
Si declina ir, tiene la coartada perfecta: coincide con la final del Masters de Montecarlo y el arranque del Conde de Godó.