Decenas de exámenes arden en las calles. Las sillas y las mesas de las aulas se amontonan para impedir la entrada en un centro educativo, en una jornada en la que los estudiantes han tomado los colegios en varias ciudades de Chile para boicotear la prueba de acceso a la universidad.
Reivindican el derecho a un sistema educativo que no segregue y al que todo el mundo, sin distinción, tenga acceso.
Protestas con las que lograron que finalmente se suspendieran los exámenes en 64 centros de los 729 en los que se iba a llevar a cabo y al que se presentaban cerca de 300.000 jóvenes, después de que se cancelaran dos convocatorias anteriores el pasado noviembre.
Sólo un 10% tendrá que esperar una nueva fecha para volver a presentarse. En total 81 personas fueron detenidas por daños y desorden público.