Desde Bolivia llegan imágenes de dos explosiones de depósitos de combustible. A pesar de lo espectacular del siniestro -y que se ha registrado en zonas muy pobladas- no hay que lamentar ninguna víctima mortal.
La primera explosión se oye en toda la localidad de Camargo, en el altiplano boliviano. La columna de humo se ve a varios kilómetros a la redonda.
Acaba de volar por los aires un taller entero. La gente sale a la carrera e intenta ponerse a salvo, desconcertada. Y cuando ni siquiera se han enterado de qué ha ocurrido, un estruendo vuelve a sacudirlo todo.
Catorce personas resultan heridas, pero a pesar de que las explosiones ocurren en pleno centro de la localidad, no hay fallecidos.
La tesis es que, por alguna razón todavía desconocida, explotaron las dos cisternas de gasolina y el tanque de diésel que se encontraban en el local.