El hospital de Abs, en la provincia de Hajjah, es el único operativo en esta zona de Yemen situada a 25 kilometros de la línea del frente en un conflicto que lleva más de cuatro años activo dejando al país más pobre de la región con un sistema de salud totalmente precario. Este centro, al que apoya Médicos Sin Fronteras (MSF), es la única estructura médica que brinda atención secundaria y de urgencias a más de un millón de personas que viven en la ciudad de Abs y la región e incluso a distritos limítrofes de otras provincias como Hodeida.
Asimismo, Helena Cardellach, la coordinadora de proyectos de la ONG en Abs, ha explicado que, “el hospital está ofreciendo en gran medida atención primaria ya que el personal sanitario del país lleva sin cobrar desde 2017 y muchos centros de salud han cerrado o se han visto afectados por el conflicto --algunos, entre ellos este hospital, han sufrido ataques—“.
Llegando a una situación insostenible, el hospital ha pasado de contar con 50 camas a tener 200, pero siguen siendo insuficientes para la cantidad de necesidades diarias a las que tiene que hacer frente. En esta región se ha producido un recrudecimiento de los combates, con 20.00 nuevos desplazados.
Cada mes, se reciben unos 5.000 pacientes, alrededor de la mitad de los cuales son consultas externas que deberían haberse realizado en los centros de salud primaria. Además, el hospital atiende unos 800 partos al mes, el 20 por ciento por complicaciones como resultado de la falta de chequeos y de controles prenatales. Cardellach ha afirmado que, “el personal de MSF también ha constatado un aumento de los casos de malnutrición, en buena medida por el aumento de la población en la zona, pero también porque los yemeníes, han perdido sus medios de subsistencia y no pueden hacer frente a los elevados precios de los alimentos básicos”.
La coordinadora ha explicado que no todos los que necesitan atención médica consiguen llegar al hospital de Abs. "Hay gente atrapada en zonas de guerra o que viven muy lejos y no pueden costearse el viaje hasta el hospital", lamenta la responsable de MSF, que reconoce que aunque les gustaría, "no podemos llegar a todo el mundo". Además, ha añadido que es una situación demasiado complicada ya que después de cuatro duros años hay yemeníes que viven en condiciones completamente deplorables y necesitan ayudan para poder subsistir.
Por esta razón, hace un llamamiento no solo a que se incremente la ayuda y los fondos destinados a esta crisis humanitaria, sino a una mayor presencia de actores humanitarios que ayuden a atender las necesidades de la población. "La gente lo que quiere es vivir y tener una vida normal, con sus necesidades básicas cubiertas. "Parece elemental pero en Yemen es algo que no está cubierto", argumenta Cardellach.