Aunque lo parezca, no es el Titanic. Pero el elegante y grandioso parlamento húngaro, en Budapest, se muestra igual de vulnerable ante la crecida de las aguas.
En otras zonas de Hungría, esta crecida ha excedido todos los límites. El Danubio ha alcanzado un caudal histórico y, con su desbordamiento, que ha obligado a evacuar varias poblaciones, el país está sufriendo sus peores inundaciones. Lo peor, advierte el gobierno, está aún por llegar.
En la vecina Rumanía, sin embargo, no pueden imaginarse un panorama peor, porque las lluvias vuelven y con fuerza. Las riadas han engullido viviendas de campesinos, que lo han perdido todo.
La situación en estos y otros países del centro de Europa es inquietante. Ya hay, al menos 20 muertos, miles de evacuados y pérdidas millonarias.