La doble cara de Mohammed Al Maktoum, emir de Dubái: el infierno de las princesas en la meca del lujo

Posee una de las mayores fortunas del mundo, seis mujeres y 23 hijos. El todopoderoso emir de Dubái, Mohammed bin Rashid Al Maktoum (71 años), vuelve a situarse bajo el foco tras el grito de auxilio de su hija Latifa, quien dice haber sido secuestrada por su padre y temer por su vida en unos vídeos grabados en secreto y difundidos por Panorama, el programa de investigación de la BBC.

No es la primer mujer (ni la primera hija) que intenta huir de él. Su esposa "favorita", la princesa Haya de Jordania (46 años y hermana del rey de Jordania, Abdalá II) escapó de Dubai a Londres -con sus dos hijos- en 2019. Tenía miedo, contó. Es la otra cara del jeque que se pasea por las carreras de caballos de Ascot con chaqué y sombrero de copa, amigo de la reina de Inglaterra y del monarca emérito Juan Carlos.

El mandatario de Dubái es, además, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos. Llegó al poder en 2006 (tras la muerte de su hermano) con el empeño de impulsar la transformación del emirato y convertirlo en el lujoso destino turístico y codiciado centro de negocios que es hoy. Pero la meca del lujo y la opulencia parece haberse convertido también en una jaula para algunas de sus princesas.

Los secuestros de Latifa y Shamsa y la huida de la princesa Haya

¿Dónde está la princesa Latifa? "Cada día estoy más preocupada por mi seguridad y mi vida", clama ella en uno de los vídeos difundidos por la BBC esta semana. Dice que su familia la mantiene como a una "rehén", encerrada en una villa con barrotes en ventanas y puertas y vigilada constantemente por policías. Si los vídeos han salido a la luz, afirma, o "estoy muerta" o en una situación "malísima".

Latifa (que ahora tiene 35 años) intentó escapar de Dubái en dos ocasiones, en 2002 y en 2018. Tras el primer intento, fue encarcelada tres años como castigo. La última vez, consiguió huir en un yate. Quería pedir asilo en Estados Unidos pero un comando la capturó en la costa india, la drogó y la devolvió a Dubái.

Antes de eso, en 2018, colgó un vídeo en Youtube en el que explicaba que intentaba escapar de la falta de libertad y los malos tratos de su padre.

Ahora, tras la difusión de las últimas grabaciones, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha pedido a los Emiratos que muestren pruebas de que la princesa Latifa está viva. La ONU ha anunciado una investigación.

Sí consiguió escapar del multimillonario jeque la más joven de sus esposas, Haya de Jordania. Huyó del país a Reino Unido en 2019. Un tribunal británico dictaminó el año pasado que el emir actuó para "intimidar y amenazar a su mujer" y que animó a otros a hacer lo mismo. Antes de ponerse a salvo, ella encontró una pistola bajo su almohada en dos ocasiones. Y un día, aseguró, un helicóptero aterrizó en el jardín de su mansión y fue amenazada con ser secuestrada y encerrada en una cárcel perdida en el desierto.

La princesa Haya ha contado que empezó a tener miedo al descubrir detalles sobre el destino de Latifa, la hija del jeque.

Antes de ellas, fue otra de las hijas del emir, Shamsa, quien intentó escapar de una finca familiar en Reino Unido en el 2000. Agentes a las órdenes de su padre la secuestraron utilizando, supuestamente, un sedante y la obligaron a regresar a Dubái, donde -se asegura- sigue cautiva.

Riqueza y ostentación

El jeque, entretanto, ha convertido Dubái en un símbolo de riqueza y ostentación. Bajo su mandato, por ejemplo, el emirato inauguró (en 2008) el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa. También, Dubai Mall, el centro comercial más gigantesco por superficie total.

En la era del postureo, Instagram y demás redes sociales, Dubái se ha convertido en uno de los escenarios más fotografiados, paraíso de influencersde distintas partes del planeta.

El emir posee numerosas propiedades por todo el mundo, además del establo privado de carreras de caballos pura sangre Godolphin (con instalaciones en varios países). Su gran fortuna se estima en 14.000 millones de dólares. Glamour y ostentación en Dubái. Terror, huidas y secuestros. Dos imágenes muy distintasGlamour y . Las dos caras de la meca del lujo. Los dos rostros del jeque.