El laborismo británico intenta salir de su laberinto y decidir sobre el Brexit

  • Los laboristas votan hoy su posición definitiva sobre el Brexit

El Partido Laborista británico está en una encrucijada. Este lunes sus delegados votan en el congreso de la formación su posición común y definitiva sobre el Brexit. Su líder, Jeremy Corbyn, querría que sus políticas sociales para mejorar la vida de los británicos tras años de austeridad protagonizasen los titulares.

Sin embargo, la batalla interna para consensuar la estrategia a seguir durante los próximos meses acapara la atención de un congreso crucial que se celebra hasta el próximo miércoles en la localidad de Brighton (sur de Inglaterra). Esta cita llega marcada por dos acontecimientos clave: la fecha oficial de salida de la Unión Europea, el 31 de octubre, y unas posibles elecciones generales antes de que acabe el año.

¿Cuál es la línea actual de Corbyn?

Si ganase los próximos comicios, pretende negociar un nuevo acuerdo con Bruselas que contemple una unión aduanera, derechos para consumidores y trabajadores y estándares medioambientales. Después organizaría un segundo referéndum en el que ofrecería a los votantes dos opciones: salir en esos términos o permanecer en la UE.

El líder laborista se decanta por mantener la neutralidad en esta consulta, mientras que otros pesos pesados del partido han declarado que apoyarían la permanencia: el número dos, Tom Watson, la responsable de Asuntos Exteriores, Emily Thornberry o el del Brexit, Keir Starmer, entre otros. También se han posicionado en este sentido las delegaciones de Gales, Escocia e Irlanda del Norte.

Jeremy Corbyn ha sido diputado del Parlamento desde 1983 representando al distrito londinense de “Islington North”. En la campaña del referéndum de 2016, respaldó la permanencia defendiendo que era mejor quedarse para poder reformar el sistema.

Tras la ajustada victoria del Brexit, mantuvo la postura de respetar el resultado (muchos de sus votantes del norte de Inglaterra apoyaron la salida de la UE) y no celebrar una segunda consulta. Sin embargo, las presiones de su partido, mayoritariamente pro europeo, llevaron a este político tradicionalmente euroescéptico a acabar apoyando la posición actual.

Amenaza liberal demócrata

"Intentar unir al país, como pretende Corbyn, no le llevará a ganar unas elecciones generales. Debe posicionarse de manera clara", asegura el ex presidente de la empresa de sondeos YouGov. Lo han hecho los otros partidos respondiendo a la polarización de la sociedad británica. Los conservadores, tradicionalmente divididos sobre Europa, han decidido defender la salida sin tapujos (unos con acuerdo; otros con acuerdo o sin él) para contrarrestar la amenaza del Brexit Party de Nigel Farage. Los liberal demócratas representan la opción contraria: la revocación de la salida de la UE si ganan las próximas elecciones. Su nueva líder, Jo Swinson, confía así meterse en el bolsillo a los votantes laboristas horrorizados con el Brexit.

Según la última encuesta publicada este domingo por el Observer, los tories de Boris Johnson lideran con un 37 por ciento, seguidos de los laboristas con un 22 por ciento y los liberal demócratas con un 17 por ciento. La formación de Farage conseguiría un 12 por ciento de los votos.

El Partido Laborista tiene más afiliados que ninguna otra formación política en el Reino Unido

Tony Blair -su giro hacia la derecha y la guerra de Irak- dejó a muchos votantes de toda la vida muy desmoralizados. En diciembre de 2014 con Ed Milliband al frente había 193.743 afiliados. El efecto Corbyn devolvió a muchos la ilusión, especialmente a jóvenes, y el número de miembros en diciembre de 2017 llegó a alcanzar los 552.000, convirtiéndolo en el partido con más afiliados de Europa occidental. Ahora esa cifra ha bajado a 485.000, aunque sigue muy por delante de los 180.000 de los conservadores y de los 115.000 de los liberal demócratas.

¿Sobrevivirá Corbyn?

Es líder del partido desde 2015. Es del ala más de izquierda de la formación. Fue elegido por aplastante mayoría: 59,5 por ciento de los votos (su siguiente contrincante logró un 19%) y con un índice de participación del 76,3 por ciento.

Las desavenencias con algunos diputados de su formación provocaron otras primarias el año siguiente y fue reelegido por un margen mayor. Aún así, en la actualidad sigue siendo cuestionado. Muchos creen que el partido no podrá ganar unas elecciones generales mientras Corbyn continúe al frente.

Para algunos su liderazgo está en cuestión; otros creen que se necesita una persona más en el centro político. Sea como sea, no lo tiene fácil. La prensa está en su contra, salvo The Daily Mirror, que defiende sus políticas pero no siempre su persona.

Durante años ha sido acusado recurrentemente de querer “devolver al país a los años setenta” por abogar por una renacionalización del servicio ferroviario, de correos, de la luz y el gas. Por ello, no es de extrañar, que sorprendiese un titular como el que publicó recientemente el diario conservador The Daily Telegraph: “Corbyn es mejor que un Brexit sin acuerdo, dicen los bancos de inversión”.

Analistas de Citibank y Deutsche Bank, titanes del sistema financiero, parecían por primera vez empezar a aceptar la posibilidad de tener a Corbyn al frente del país, como un mal menor ante las maniobras de un Boris Johnson que parecía suponer una mayor amenaza.

Pase lo que pase, y con las encuestas en contra, Jeremy Corbyn, a sus 70 años, nunca había estado tan cerca de llegar al número 10 de Downing Street. Un político que insiste en que “nadie olvide por qué una parte de la población votó a favor del Brexit”. Unos ciudadanos en las zonas más pobres del país, que se sienten olvidados… Que ven cómo algunos amasan fortunas, mientras ellos viven en localidades en las que no hay inversión; cierran comercios y fábricas, y se ven abocados a pedir ayudas sociales…

Hay casos de maestros que, al ver cómo algunos niños no llevan comida al colegio, recurren a bancos de alimentos para que estos pequeños no pasen hambre; hay también más de un millón de empleados de los servicios públicos que, según The Living Wage Foundation, cobra menos del salario mínimo interprofesional y no llegan a final de mes. Un Reino Unido que de acuerdo con el premio Nobel de Economía, Angus Deaton, está sufriendo “un preocupante aumento de la desigualdad”.