Con 23 años y 116 detenciones por robo, siempre queda en libertad y tiene desesperados a los vecinos

El juez rebaja la pena porque roba en lugares no habitados
"Me sorprende la falta de actitud de la justicia con tantos detenciones"
Tiene cargos por robo con intimidación y robo con violencia
Desesperados están los vecinos de un ladrón chileno, que tiene más de 100 detenciones y solo 23 años. Sus víctimas denuncian que siempre acaba en libertad. La justicia le rebaja la pena porque roba en lugares no habitados y el caco lo sabe.
El ladrón entra en el restaurante reptando por el suelo para no hacer ruido. Sin embargo, esta vez no lo logró porque lo escuchó un vecino. Llamó a la policía y lo pillaron in fraganti.
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"Entró y salió. Entró porque primero robó unas garrafas y después volvió y un vecino lo vió y llamó", cuenta el dueño del bar.
El ladrón no se pone nervioso cuando lo detienen porque ya lo han arrestado 116 veces. "Lo que me sorprende es la falta de actitud de la justicia con tantos detenciones. Una persona que sigue haciendo daño... es una vergüenza”, dice el dueño del local.
No hay vecino ni agente de policía que no reconozca la cara de Alberto Garrido, de 23 años. Su historial delictivo es el más largo del barrio.
Ha dejado muescas en casi todos los locales y no le intimidan las cámaras de vigilancia. La última vez lo detuvo un vecino: "Lo seguimos una cuadra y después lo atrapamos y lo dejamos en un piso"
Y ahí fue cuando la policía descubrió que tenía 116 cargos por robo con intimidación y robo con violencia. Ni la propia policía chilena daba crédito. "Es poco común que un sujeto con tantas detenciones siga aun causando delitos”, ha explicado una agente.
La explicación es que el juez rebaja el delito porque los robos son en lugares no habitados. Lo explica Daniela San Martín, fiscal chilena: “Le da característica de lugar no habitado que tiene un apena más baja y por eso se rechaza la presión preventiva". Y por eso, a las pocas horas Alberto vuelve a la calle.