Una delegación de alto nivel del Servicio de Acción Exterior Europeo que dirige Catherine Ashton ha llegado este miércoles a la capital libia, en poder de los rebeldes, para "desarrollar más los contactos con miembros del Consejo Nacional de Transición" y "preparar la apertura de una delegación de la UE en Trípoli".
"Estamos allí para apoyar al pueblo de Libia en este periodo de transición. La Unión Europea está dispuesta a ofrecer asistencia bajo el liderazgo de la ONU y del Consejo Nacional de Transición", ha puntualizado la jefa de la diplomacia europea en un comunicado.
La UE, que "de momento" mantendrá abierta la delegación que abrió hace meses en Benghazi, bastión de los rebeldes, abrió el pasado fin de semana una oficina humanitaria en Trípoli para contribuir a canalizar su ayuda y apoyar las necesidades inmediatas básicas, sobre todo de la población más vulnerable después de que los rebeldes se hicieran el control de la capital. La UE y los Estados miembros han comprometido cerca de 160 millones para Libia en el plano humanitario.
Ashton ya ha anticipado que la UE apoyará a las nuevas autoridades libias en el plano humanitario, en la reforma del sector de seguridad, especialmente para articular un cuerpo de Policía o un cuerpo de gendarmería, y "apoyo a la democracia" en Libia, incluido "para articular partidos políticos" e impulsar un proceso electoral.
También ha reconocido la necesidad de "avanzar más en la liberación de activos y levantar las sanciones" para "garantizar recursos al Gobierno interino".
La Unión Europea espera levantar esta semana las sanciones contra alrededor de 29 empresas y entidades libias, incluidas las seis autoridades portuarias hasta ahora sancionadas, según han avanzado fuentes diplomáticas europeas. "Son prácticamente todas", han explicado otras fuentes diplomáticas europeas. La decisión se publicaría el viernes en el Diario Oficial de la UE para que entre en vigor el levantamiento.