El niño, que sufría de Hiperoxaluria, una grave patología renal, viajaba con una máscara de oxígeno, junto a sus padres con destino a un hospital pediátrico romano, donde iba a ser sometido a un doble trasplante, según ha publicado el periódico italiano La Stampa.
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Durante el vuelo, el pequeño sufrió un ataque cardiaco y fue auxiliado por una enfermera que se encontraba a bordo del avión. La profesional explicó a la tripulación la gravedad de la situación y el capitán de la nave decidió el aterrizaje de emergencia en el aeropuerto más cercano.
La Comisaría de Bari abrió una investigación sobre el fallecimiento del pequeño y algunos pasajeros dieron testimonio ante los agentes, como personas informadas sobre el hecho. La Policía de Frontera realizó fotografías y recogió datos, así como toda la documentación médica relativa a la salud del niño fallecido.