El ataque contra los guardias tuvo lugar ayer en la localidad de Kachida, en la provincia de Skikda, donde un grupo de hombres armados, sospechosos de pertenecer a Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI), ametralló la furgoneta en la que viajaban.
Además de los tres fallecidos, otros dos guardias resultaron heridos en el ataque, tras el cual varios colegas intentaron auxiliar a las víctimas, pero se lo impidió la explosión de una bomba de fabricación artesanal colocada bajo tierra, que hirió a otros dos agentes.
Antes de huir hacia las montañas de la zona, los atacantes prendieron fuego al furgón con los cadáveres de los tres guardias comunales en su interior.
En el otro ataque, perpetrado el domingo, dos soldados murieron por la explosión de una bomba cerca de la localidad de Lefrahna, en la provincia de Tebessa, cerca de la frontera con Túnez.
El artefacto explosivo había sido ocultado bajo tierra en el borde de una carretera frecuentada regularmente por las fuerzas de seguridad y que fue accionada, probablemente, con un teléfono móvil al paso de los soldados, que se dirigían a su acantonamiento.