El presidente de EEUU, Donald Trump, quería ver personalmente cómo iban las obras de la nueva sección del muro entre Estados Unidos y México. El republicano, máximo impulsor del proyecto lo describió como “un sistema de seguridad de clase mundial” que será prácticamente impenetrable.
Trump recorrió un tramo del muro fronterizo en el área de Otay Mesa en San Diego, en la primera visita del mandatario al lugar desde marzo de 2018, cuando visitó el lugar para ver prototipos de muro, que tendrá una longitud de 403 kilómetros de acero y bolardos rellenos de concreto,
Antes de que comenzaran los trabajos, la frontera en Otay Mesa estaba protegida por una capa inicial de láminas de metal y una segunda capa más resistente que podía ser penetrada con sierras eléctricas.
Trump se ha mostrado satisfecho con la evolución del muro, que buscará frenar la llegada de inmigrantes. Ha dejado firmada una de las columnas y ha asegurado que este nuevo muro, que es el doble de alto que anterior, es más difícil de escalar.
“Una vez que se construya el muro, será prácticamente imposible ingresar ilegalmente, y entonces podremos tomar control de la frontera y colocarlos (a los inmigrantes) en puertos de entrada”, afirmó Trump ante los periodistas que siguieron la visita.