Siempre enmascarados, se encaraman a cualquier edificio para dejar su huella. Se juegan la vida, surfean en el techo de los vagones de tren para estampar su firma. Son Los niños de Berlín, un grupo de adictos a la adrenalina de entre 16 y 35 años dispuesto a inundar la ciudad alemana de mensajes irreverentes.