El candidato a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, ha empezado a dar muestras de recuperación mientras sigue ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Albert Einstein de Sao Paulo, según Agencia Brasil.
Como ha indicado su hijo Flavio en Twitter, el político ha comenzado la fisioterapia. El político ya puede ponerse en pie y pasear durante un tiempo considerable, al contrario que ayer, que apenas pudo estar cinco minutos caminando. El líder ultraderechista sigue recibiendo alimentación por vía venosa.
La Policía Federal continúa investigando el incidente tras la detención de Adélio Bispo de Oliveira, de 40 años, autor confeso del ataque que se encuentra en la cárcel federal de máxima seguridad de Capo Grande en una celda individual.
Cuatro abogados ya trabajan para el sospechoso en el caso, financiados, según ellos mismos, por un fiel de la iglesia de los testigos de Jehová de Montes Claros, que tiene relación con la familia del detenido. Sin embargo, la iglesia ha desmentido en rueda de prensa tener relación alguna con estos abogados y que ni el hombre ni su familia visitan su templo.
La Policía Federal sospecha de otras dos personas que estaban en el lugar del ataque, pero los abogados defensores aseguran que no hay más personas implicadas tanto a nivel práctico como de autoría intelectual y que el acusado actuó solo. Además, aseguran que la idea de atacar a Bolsonaro surgió tres días antes del incidente, cuando el político dio un discurso sobre los cimarrones de los palenques, las comunidades en las que se refugiaban los esclavos fugados en la época colonial y postcolonial y que aún existen.
No es el único candidato a la presidencia con problemas de cara a las elecciones. El expresidente Lula da Silva, que continúa en prisión por corrupción, no podrá presentarse de nuevo a la presidencia. Ante su ausencia, Bolsonaro figura como favorito.