Michele fue asesinada por estrangulamiento en agosto de 2017 en su casa situada en Corning, en la ciudad norteamericana de Nueva York. La investigación apuntaba a un homicidio por parte del marido y su hija, pero no fueron detenidos hasta enero de 2018 gracias a esta conversación telefónica.
Los mensajes que contenía esta conversación telefónica entre ambos eran para que Karrie fingiese ante la Policía para evitar la detención, Lloyd hablaba a su hija sobre qué debería hacer y decir cuando la Policía la entrevistase para la investigación del homicidio, según el portal de la revista People.
"Diles que todo esto ha sido muy duro para ti", decía el progenitor a Karrie, para después preguntarle: "¿Podrías llorar?". "Puedes llorar y decir: "Lo siento, tengo que irme"", continuaba Lloyd. Deseaba que el encubrimiento del homicidio saliese bien, y concluía diciendo: "Dios, sería bueno si se esto se acabara".
Karrie se declaró culpable y admitió que su padre fue quien ideó el crimen y que ella lo ayudó a realizarlo. Reveló que estaba con su hermana menor, cuando su padre estrangulaba a su madre, para que esta no se enterase de nada. Más tarde, Lloyd también se declaró culpable de ese y otros delitos, como el de conspiración en segundo grado e interferencia.
Lloyd y Michele tenían tres hijos en común, una de las cuales aún residía con la madre. El padre de esta pretendía tener la custodia de la menor sin pasar ninguna manutención a la madre, por lo que decidió asesinarla junto a su hija. Además, intentaron encubrir el homicidio para que pareciera un suicidio.