¿A dónde va el dinero de los premios de la lotería que no se cobran?
Una vez expira el plazo de reclamación de tres meses, se transfiere al Tesoro Público
Ese dinero después se utiliza para financiar proyectos de interés social, cultural y deportivo, así como para programas sociales
La Policía Nacional consigue encontrar al dueño de los décimos premiados y extraviados en Huesca
MadridCada año, los sorteos organizados por Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), como la Lotería Nacional, Euromillones, La Primitiva o El Gordo de Navidad, generan millones de euros en premios que quedan sin reclamar por parte de sus legítimos ganadores. Según cifras recientes, solo en 2022, Hacienda ingresó aproximadamente 60 millones de euros correspondientes a premios no cobrados por diversos motivos, que van desde pequeños despistes hasta el extravío de los décimos ganadores.
Este fenómeno recurrente plantea la interrogante de qué ocurre exactamente con estos fondos una vez que expira el plazo de reclamación, estipulado en tres meses a partir del día siguiente a la celebración del sorteo. La realidad es clara: una vez superado este período, el derecho del ganador para reclamar su premio desaparece legalmente y el dinero no reclamado se transfiere automáticamente a la Caja Única del Tesoro Público.
Premios no reclamados que ganamos todos
La normativa vigente establece claramente que estos premios no quedan en manos de las administraciones locales de lotería ni tampoco en las entidades financieras asociadas, sino que se destinan íntegramente a las arcas públicas. Desde ahí, son gestionados por la propia SELAE, que los utiliza para financiar proyectos de interés social, cultural y deportivo, así como para programas específicos de responsabilidad social corporativa, patrocinios y convenios diversos.
Entre las razones principales por las cuales los premios quedan sin reclamar destaca el descuido o la desinformación de los participantes. Son numerosos los casos en los que un boleto ganador se pierde o sufre un deterioro hasta el punto de resultar ilegible, así como aquellos donde los jugadores, especialmente los ocasionales, se olvidan revisar los resultados del sorteo. También influye que existe cierto desconocimiento de que existen premios menores por las terminaciones, reintegros o combinaciones parciales, ya que premios a menudo pasan inadvertidos para sus beneficiarios.
Es importante destacar que aunque resulte llamativa la cifra de millones no reclamados, representa un porcentaje relativamente pequeño en comparación con la cantidad total de premios distribuidos por SELAE cada año. No obstante, las autoridades insisten regularmente con campañas informativas dirigidas a los jugadores, recordando la importancia de revisar con atención sus décimos, participaciones y demás tras la finalización de cada sorteo para así evitar perder un premio legítimo por un simple descuido o desinformación.
La problemática del destino de los premios no reclamados también ha sido objeto de análisis por parte de asociaciones de consumidores y usuarios, quienes solicitan mayor transparencia en la gestión y distribución final de estos recursos. Desde estas entidades se reclama regularmente información más precisa sobre los proyectos financiados y la cuantía exacta destinada a cada iniciativa, con el fin de asegurarse de que dichos fondos sean aprovechados adecuadamente y se usen en beneficio directo del interés público.
En definitiva, aunque puede parecer una pérdida personal para aquellos ganadores que no llegan a cobrar su premio, la realidad es que estos fondos revierten en beneficios colectivos. Sin embargo, nunca está de más extremar precauciones y conservar en buen estado los boletos, revisando puntualmente los resultados para evitar alimentar esta silenciosa pero constante fuente de financiación estatal proveniente de premios legítimamente obtenidos pero nunca cobrados.