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La Lotería de Navidad de 2025 marcará un antes y un después en la historia del sorteo más emblemático de España. Aunque su esencia sigue siendo la misma de siempre, con un gran bombo, los niños de San Ildefonso y millones de sueños en juego, este año se introducen dos cambios clave que afectarán tanto a la dimensión del sorteo como al volumen económico que mueve. 

Más décimos en circulación y una dotación récord de premios configuran un nuevo escenario que refuerza el peso simbólico, social y financiero de este evento nacional. ¿Qué implican realmente estas modificaciones? ¿Afectan a tus posibilidades de ganar? Y, sobre todo, ¿por qué ahora?

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Más series, más décimos en circulación

La primera variación afecta al número de series: en 2025 el sorteo pasará de 193 a 198 series. Esto implica que cada uno de los 100.000 números del bombo contará con 1.980 décimos, frente a los 1.930 disponibles en 2024. 

El aumento de series se traduce en mayor emisión: se alcanzan los 198 millones de décimos puestos a la venta, lo que supone un volumen superior a los ejercicios anteriores. 

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Desde Loterías y Apuestas del Estado se justifica esta ampliación por “la constante demanda que experimenta la Lotería de Navidad y la necesidad de ajustar la oferta al crecimiento de ventas en administraciones físicas y plataformas digitales”. 

Para el participante individual, este cambio no varía la probabilidad de ganar el primer premio, que sigue siendo 1 entre 100.000, pero sí puede incrementar ligeramente sus posibilidades de compartir el premio, dado que podrían emitirse más décimos ganadores de la misma serie.

Récord en la dotación de premios

El segundo cambio quizá sea el más llamativo: el volumen total de premios se eleva hasta los 2.772 millones de euros, es decir, 70 millones más que en la edición de 2024. 

En concreto, el primer premio, el popularmente conocido como “El Gordo”, se mantiene en 400.000 euros por décimo ganador, pero gracias a la ampliación de series la dotación total de este premio alcanza los 792 millones de euros por serie. Este despliegue histórico convierte al sorteo de 2025 en la edición más dotada hasta la fecha. 

Para el jugador, esto significa que aunque el premio individual no cambie, el volumen global del reparto sí lo hace, generando un impacto mediático y social mayor que en anteriores convocatorias.

¿Qué implican estos cambios para quien juega?

En primer lugar, es importante recalcar que la mecánica del sorteo no modifica sus bases probabilísticas. Elegir un décimo sigue teniendo la misma probabilidad de ganar que en años anteriores. Las modificaciones afectan al tamaño del sorteo y al volumen de premios, pero no mejoran estadísticamente las opciones de cada participante individual.

Sin embargo, la mayor emisión de décimos puede aumentar la posibilidad de que un número ganador tenga varias series premiadas, lo que implica mayor compartición o reparto del premio. Además, el aumento en la dotación global contribuye a que el sorteo acapare más atención, lo cual puede afectar a la compra compartida, peñas y estrategias de agrupación de décimos.

Para los administradores, la ampliación de oferta y premio tiene efectos positivos: mayor volumen de ventas, mayor recaudación y posiblemente mayor beneficio en comisiones. Pero también supone mayor logística, incremento de gestión y más presión en la campaña. Por último, para el debate público este aumento ratifica la magnitud económica del sorteo y alimenta preguntas sobre su sostenibilidad, su papel en el sector del juego y su función social.